Los habitantes de Pekín se refugian en sus casas ante el avance de la neumonía
Las poblaciones de las afueras montan barreras para impedir el paso a los forasteros
Las autoridades de Pekín han negado repetidas veces los rumores de que la ciudad, de 14 millones de habitantes, vaya a ser aislada para evitar la propagación de la neumonía. Pero quizá ni haga falta. Cada día que pasa, los pequineses se refugian más en casa, asustados. Los periódicos están urgiendo a la gente a que se quede en el hogar y descanse para reforzar el sistema inmunológico. Muchos edificios han establecido estrictos controles para evitar la entrada de extraños. En las afueras, algunos pueblos han montado barreras para impedir las visitas de personas ajenas a la comunidad.
Ayer, 1 de mayo, una de las principales festividades chinas, fue una jornada triste en Pekín. Los escasos ciudadanos que salieron a la calle tuvieron poco donde elegir, pues los locales de ocio, como discotecas, karaokes o salas de juegos electrónicos, han sido cerrados. También han sido clausurados los gimnasios y las piscinas.
El día invitaba a pasear, pero poca gente lo hizo, preocupada por el continuo incremento de infectados por el denominado síndrome respiratorio agudo grave (SARS, en sus siglas en inglés). Las autoridades anunciaron 122 nuevos infectados y siete fallecidos en la capital, lo que eleva los totales a 1.553 y 82, respectivamente.
Sí había gente haciendo ejercicio y jugando al bádminton, uno de los deportes preferidos de los pequineses. Para quienes optaron por quedarse en casa, la prensa publicó una lista de ejercicios físicos que pueden practicarse entre cuatro paredes. Muchas tiendas y restaurantes han echado el cerrojo ante la falta de clientes. También ha cerrado, sin fecha de reaparición, el Diario de la Juventud.
El año pasado, por estas fechas, 87,1 millones de chinos abarrotaron trenes, autobuses y aviones en todo el país para disfrutar de una de las tres semanas de vacaciones que implantó el Gobierno en 1999 para impulsar el consumo. Gastaron 4.000 millones de dólares. Este año, muchos miles que acudían a Pekín por estos días para visitar la ciudad, no han podido hacerlo. El Gobierno ha prohibido los viajes de grupos entre provincias, y la plaza de Tiananmen lo acusaba ayer. El mar de gorras de colores que visten los turistas en los viajes organizados faltaba en esa plaza que representa el "símbolo del espíritu indomable del pueblo chino en su lucha contra el imperialismo y el feudalismo".
Pero, mientras los pequineses se han autoimpuesto un cierto grado de aislamiento, en los alrededores de la capital los habitantes de los pueblos están tomando medidas para impedir la llegada del virus. Algunos prohíben directamente el paso a los extraños; otros, según el Diario del Pue
blo, exigen que los forasteros se registren para poder entrar. Miembros del partido hacen turnos las 24 horas a la entrada de las poblaciones.
Según la OMS, algunos hospitales andan escasos de materiales básicos contra la enfermedad, como mascarillas, guantes, equipos de ventilación asistida y ambulancias. Algunos empleados llevan más de 45 días sin ver sus familias. En Pekín hay nueve hospitales que tratan exclusivamente a pacientes de la neumonía.
China registró ayer 187 infectados y 11 víctimas mortales, sobre unos totales de 3.638 y 170, respectivamente. Unas 10.000 personas están en cuarentena en edificios repartidos por la ciudad, cuyas direcciones han facilitado las autoridades. En el mundo, la cifra de afectados desde el comienzo de la epidemia ascendía ayer a 5.865 y la de muertes, a 391.
La región autónoma del Tibet, que hasta ahora no ha registrado ningún caso, ha sido aislada para evitar la entrada del virus, según Tibet Information Network. Desde el pasado domingo los vuelos internacionales de entrada y salida a la región han sido cancelados. El sábado se cerraron las fronteras terrestres. El servicio de información asegura que los camiones están siendo detenidos en el límite, y que artículos como arroz y otros alimentos que no se producen en la zona no llegan a Lhasa, la capital. También se han impuesto estrictos controles dentro de la provincia para impedir los desplazamientos internos.
En la región autónoma de Mongolia Interior, la cuarta provincia con más casos (154 y 11 fallecidos) en China después de Pekín, Guangdong y Shanxi, más de 1.000 obreros están construyendo un hospital con cerca de 1.000 camas. Se prevé que esté listo en 20 días. En las cercanías de Pekín acaba de inaugurarse otro, construido en una semana.
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