7.000 obreros construyen en algo más de una semana un hospital cerca de Pekín para 1.000 infectados

El Gobierno chino sigue tomando medidas drásticas para contener la neumonía atípica, tras la asunción del Ministerio de Sanidad por parte de la dama de hierro, Wu Yi. A 65 kilómetros de Pekín, en Xiao Tangahan, cerca de la Gran Muralla, 7.000 obreros trabajaban ayer contrarreloj, en turnos de día y noche, en la construcción de un hospital para aislar a los contagiados. Construido en algo más de una semana, se prevé inaugurarlo mañana.

El centro tendrá capacidad para 1.000 camas, en habitaciones dobles con baño y aire acondicionado, y se destina a los afectados de los barrios del noreste de la capital. El pasado domingo ya llegaron los más de 200 médicos y enfermeras destinados al nuevo hospital.

En Pekín están en cuarentena -por haber estado "en estrecho contacto" con contagiados- 7.672 personas en varias zonas de la Universidad Central de Finanzas y Economía, de la Universidad Nororiental Jiaotong, del Instituto de Investigación de Ciencia y Tecnología y en una obra del distrito Doncheng. También están aislados el Hospital del Pueblo, así como otros centros sanitarios y zonas de recepción de otras clínicas. Un total de 1.384 ciudadanos han sido dadas de alta de la cuarentena. Otras 1.000 personas han sido aisladas en la provincia costera de Zhejiang.

El ejército, por su parte, ha aprobado el envío de 1.200 médicos y enfermeras a los hospitales designados especialmente para el tratamiento de la neumonía. De momento, ya se han incorporado 333, procedentes de las regiones militares de Pekín, Shenyang y Jinan.

Se ha cursado orden a las empresas para que no despidan a los trabajadores que contraigan la enfermedad. Los propietarios tendrán, además, que pagar el tratamiento. En caso de campesinos o personal no contratado, los gobiernos locales se encargarán de los gastos. El objetivo es, para frenar la neumonía, que absolutamente nadie quede sin cobertura sanitaria.