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EL AVANCE DE LA GENÉTICA

España sigue sin subirse al tren del genoma por falta de apoyo oficial

Los anuncios del Gobierno tras la publicación del borrador en 2001 se han quedado en casi nada

Desde la presentación de los primeros borradores del genoma humano, en junio de 2000, la percepción de buena parte de los científicos dedicados a la investigación genómica en España es que se ha avanzado "poco o muy poco" en aspectos considerados críticos, como la financiación, las infraestructuras y plataformas de investigación o la participación en proyectos internacionales. La falta de una apuesta "clara y decidida" ha redundado en una "pérdida de credibilidad" alimentada por la "escasa y caótica" actuación del Ministerio de Ciencia y Tecnología en los últimos tres años, afirman los investigadores consultados.

"Todas las acciones que se están llevando a cabo están mal financiadas o mal gestionadas", lamenta Pere Puigdomènech, profesor de investigación del CSIC. "Los ministerios están mostrando una timidez enorme en su apoyo a la genómica", corrobora Miguel Beato, director del Centro de Regulación Genómica de Barcelona, el único de sus características existente en España.

Las críticas de ambos investigadores no sólo reflejan sus problemas particulares, sino que guardan relación con una percepción ampliamente extendida entre la comunidad científica sobre cómo se está gestionando la ciencia en estos momentos. Puigdomènech, que trabaja en genomas vegetales, está viendo "con enorme preocupación" las grandes dificultades que padecen él mismo y otros investigadores en este campo. "Nos estamos viendo desplazados del mapa", advierte. Beato, por su parte, denuncia la falta de apoyo institucional para con su centro, el único que actualmente trabaja en España de forma exclusiva en genómica. Desde Ciencia y Tecnología, señala, apenas reciben ayuda más allá de las convocatorias competitivas. Y ello a pesar de que el propio ministro Piqué mostró su predisposición a buscar nuevos apoyos que todavía no se han concretado para abrir una nueva línea de investigación en células madre adultas.

Los lamentos de ambos investigadores se suman a lo que otros muchos califican de una historia de "despropósitos" que "viene de lejos". En los inicios de la etapa de secuenciación, a principios de los noventa, España declinó participar pese a la constitución de un consorcio público internacional en el que sí tuvieron cabida países con un potencial económico inferior. Y cuando se intentó retomar el tren fue con una Acción Estratégica de Genómica, que debería haber durado cuatro años y que jamás se ejecutó pese a tener un presupuesto asignado.

Tras la publicación de los primeros borradores del genoma, y ante la presión de la comunidad científica y de los medios de comunicación, el Gobierno de José María Aznar anunció en 2001 una inversión de 26.000 millones de pesetas (156,26 millones de euros) en genómica durante tres años, a razón de unos 8.000 (48,08 millones de euros) por año, así como la "inminente" puesta en marcha de una acción especial y la constitución "urgente" de una herramienta capaz de coordinar los esfuerzos de los investigadores en el sector.

La Acción Especial de Genómica, dotada con 2.000 millones de pesetas (12,02 millones de euros) para tres años y heredera de la anterior acción estratégica, se convocó finalmente en 2001, aunque no se conocieron los grupos y las iniciativas que deberían haber recibido el dinero hasta 2002. Prácticamente un año después, los grupos participantes (cada solicitud debía incorporar una media de cinco grupos de investigación de distintos centros) tan sólo han recibido la mitad del dinero. La mitad restante está pendiente de la solución que se adopte en relación con las subvenciones procedentes de fondos europeos, que la UE no admite adelantar. La segunda de las convocatorias previstas todavía no se ha publicado a pesar de que Ciencia y Tecnología afirma en su página web que se dará a conocer entre el "1 de febrero y el 1 de marzo de 2003". El retraso acumulado está relacionado, supuestamente, con la intención de vincular esta convocatoria a proyectos de ámbito europeo, según han señalado fuentes oficiales.

En lo que refiere a la inversión de 8.000 millones de pesetas anuales en tres años, los investigadores han venido denunciando el anuncio de Ciencia y Tecnología como un "simple apaño contable". En esa cantidad, según se puso de relieve al poco tiempo de ser anunciada, se incluyen todos los proyectos que ya venían subvencionándose que tuvieran alguna relación con la investigación genómica.

La herramienta de coordinación anunciada como urgente por Aznar ha tenido que esperar hasta septiembre de 2002 para ponerse en marcha en forma de la Fundación Genoma España (FGE). Dotada ahora con unos 8 millones de euros (seis procedentes del Ministerio de Sanidad y apenas dos de Ciencia y Tecnología), entre sus objetivos destacan favorecer la participación de investigadores y grupos españoles en proyectos internacionales, promover la transferencia de tecnología al sector empresarial y generar infraestructuras. Para José Luis Jorcano, director de la FGE, el tiempo trascurrido desde su constitución es todavía escaso aunque "suficiente" para entrever la aportación positiva que puede hacer al sistema español de ciencia y tecnología. Jorcano recuerda el acuerdo logrado con Genome Canada, la inminente puesta en marcha de un instituto virtual de bioinformática y la futura creación de un centro de genotipación.

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