Buenos Aires confía en su feria como un revulsivo para el mundo del libro
Vargas Llosa y Garzón protagonizan una edición marcada por un clima de optimismo
La 29ª edición de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires abrirá sus puertas mañana bajo el lema Los argentinos y los libros, que muestra la vocación de los organizadores por recuperar la relación de los argentinos con la lectura. Después de un año de crisis profunda, donde la producción de libros cayó en picado, la feria pretende ser un revulsivo para encarar una recuperación que se vislumbra factible. Mario Vargas Llosa y Baltasar Garzón son dos de los invitados más esperados en un certamen por el que, el año pasado, desfilaron un millón de personas. Más de 1.300 expositores de 35 países ocuparán los 25.500 metros del predio de la Rural de Buenos Aires en tres semanas.
"Somos moderadamente optimistas", señala Carlos Pazos, presidente de la Fundación El Libro, que organiza la feria, porque "en los momentos de crisis la gente se refugia en la cultura, que es lo más barato". Argentina arrastra cifras bien deprimentes tras la devaluación del peso: el año pasado la producción descendió un 43% en cantidad de ejemplares, y un 24% en títulos. Los organizadores sostienen que los datos que manejan las editoriales de los tres primeros meses del año permiten albergar la esperanza de que la tendencia negativa empiece a revertirse. Pero de momento es sólo una esperanza.
"Se está publicando menos que antes de la crisis, sobre todo porque se cortaron las importaciones después de la devaluación", explica Fernando Estévez, director editorial de Alfaguara. "Las editoriales se concentran en los títulos que tienen expectativas de una mayor repercusión". La realidad es que el mercado interno sigue castigado, una situación que se atenúa con el turismo. La prueba es que las librerías que más venden son las que están ubicadas en el circuito más turístico de Buenos Aires, como las calles Florida y Corrientes y los centros comerciales.
Oferta abundante
La oferta de la feria es abundante. Están previstos 708 actos, entre presentaciones de libros, conferencias, mesas redondas, debates, recitales de música y actividades para niños y adolescentes.
Además de Vargas Llosa, que viene invitado por la editorial Alfaguara y la Embajada de España, y del juez Garzón (invitado por la Universidad de Quilmas y la Librería Prometeo), han confirmado su asistencia Manuel Vázquez Montalbán, el italiano Claudio Magris, los mexicanos Paco Ignacio Taibo y Gonzalo Velorio, el dirigente indígena y ex candidato presidencial boliviano Evo Morales, que asistirá a la presentación del libro Democracia participativa y liberación nacional, de Heinz Dieterich, profesor de la Universidad Autónoma de México.
La Fundación el Libro entregará el miércoles un premio a Javier Pradera, por su trayectoria como editor. Miembro del equipo fundador del diario EL PAIS, Pradera es actualmente analista, columnista político y membro del consejo editorial de este diario, y codirige, junto a Fernando Savater, la revista Claves de Razón Práctica. Entre los años 1968 y 1989 fue director editorial y miembro del consejo de administración de Alianza Editorial. En el marco de la Feria del Libro, Pradera participará en un diálogo abierto con los editores Alejandro Katz (Fondo de Cultura Económica), y Jorge Lafforgue (Alianza).
Los organizadores confían en recuperar la tradición de buenas ventas en la feria, que en la edición del año pasado cayeron un 25% de promedio, en relación al 2001. "Creo que este año tenemos buenas perspectivas, por el empeño puesto por los editores y los expositores, los libreros y los países participantes, por el cuidado de sus stands y por el hecho de la feria está llena. La gente de marketing piensa que nos va a ir muy bien", confía Carlos Pazos.
En la Feria del Libro se vende bastante y hasta podría ser negocio si los costos no fueran tan altos, confiesa un editor, que recuerda que el año pasado, en el momento álgido de la crisis, los resultados fueron aceptables a pesar de las "bajísimas expectativas". Con un presupuesto por encima del millón de dólares, la financiación del certamen procede en su mayor parte de los derechos que pagan los expositores. La ayuda oficial brilla por su ausencia, al margen de la Secretaría de Cultura de la ciudad de Buenos Aires o el Ministerio de Educación, que tienen sus stands en la feria y realizan sus actividades. Pagan como cualquier expositor y nada más.
Un millón de visitantes
Los organizadores confían en igualar la cifra de un millón de asistentes del año pasado. "Realmente, la capacidad del predio no da para más", comenta Carlos Pazos. "Si bien es cierto que los primeros días de semana hay menos gente, los viernes, sábados y domingos no cabe un alfiler. No sé qué pasará el Viernes Santo o el día de las elecciones (que serán el próximo 27 de abril). Por estas fechas la gente se queda en Buenos Aires y no tiene a tantos lugares adónde ir por tan poco precio".
La Feria de Buenos Aires no es la de Frankfort, el Alemania ni la de Guadalajara, en México, donde se firman contratos importantes y acuden destacadas personalidades de la literatura, pero por el elevado número de asistentes ocupa el tercer lugar en las ferias de América Latina, detrás de las que se organizan en México y Brasil.
Un país se mira en el espejo de sus letras
El lema Los argentinos y los libros tiene que ver con los resultados publicados recientemente por el estudio internacional Pirls, que mide con un examen la capacidad de lectura de los alumnos de cuarto grado de 35 países. Diseñado por la Asociación Internacional para la Evaluación del Desempeño Educativo, el estudio deja malparada a Argentina, que ocupa el lugar 31 de la lista, por delante de Irán, Kuwait, Marruecos y Belice. "Nosotros ya teníamos algunos indicadores", dice Carlos Pazos, "y por ello hemos pensado en el lema Los argentinos y los libros para revitalizar la vieja relación que han tenido los argentinos y los libros".
Con este objetivo, la Feria del Libro ha organizado un ciclo de sesiones que, bajo el título Argentina en el espejo de sus libros, debatirá sobre algunos libros que han influido en el desarrollo político, social y cultural de Argentina. El llamado Encuentro Nacional arrancará con Facundo, de Domingo F. Sarmiento, y Las bases, de Juan Bautista Alberdi. En la sesión dedicada a la realidad de los mitos se analizarán Ficciones, de Jorge Luis Borges, y Los siete locos, de Roberto Arlt. En el capítulo sobre la quiebra de las instituciones se analizará El hombre que está solo y espera, de Raúl Scalabrini Ortiz. El ciclo concluirá con los nuevos lenguajes, donde se abordará Rayuela, de Julio Cortázar.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.