El comité científico recomendará extraer el fuel del 'Prestige' mediante bombeo
El coste estimado de esta operación, nunca intentada antes, es de 200 millones de euros
Los miembros del comité científico asesor creado para encontrar una solución al problema del Prestige recomendarán esta semana al Gobierno que se intente la extracción de las 50.000 toneladas de fuel que todavía guarda en sus depósitos, a casi 4.000 metros de profundidad. Esta solución se sitúa un poco más allá de los límites actuales de la tecnología, en opinión de los expertos consultados, y su coste se estima en 200 millones de euros. Como segunda opción, en caso de que no resulte viable la primera, el comité apuesta por el confinamiento de los restos con un método a decidir por los expertos.
El comité científico asesor ha decidido recomendar dos soluciones, dado que la viabilidad de la primera depende de los estudios que se emprendan a partir de ahora. Expertos próximos al comité han recordado que ambas soluciones presentan grandes riesgos y que conviene que a partir de ahora los estudios pasen a manos de especialistas del sector que puedan actuar lo más rápidamente posible con el fin de intentar trabajar durante el próximo verano, cuando las condiciones del mar lo permiten.
Una vez terminados los estudios de viabilidad se procedería, en caso favorable, a convocar un concurso para realizar los trabajos. El coste estimado de la operación es muy elevado - 200 millones de euros- aunque los técnicos reconocen que resulta muy difícil evaluar el coste de algo que no se ha hecho nunca.
En esta misma línea, el comité no recomendará ninguno de los proyectos específicos presentados por las empresas, y los expertos consultados han señalado que ninguna empresa dispone del conjunto de tecnologías necesario para realizar esta operación de bombeo -robots submarinos, tuberías que alcancen esa profundidad y demás- por lo que habría que combinar las capacidades de distintas compañías. Las más apropiadas, en principio, son las holandesas que se encargaron del bombeo del petróleo que albergaba el buque Erika, hundido a muy poca profundidad en las costas francesas en 1999, y las compañías de tecnología del petróleo estadounidenses que tienen experiencia en bombeo de petróleo a gran profundidad desde yacimientos.
La proa del Prestige está a 3.820 metros de profundidad en una zona llana. La popa se encuentra a una distancia de dos millas en la base de un talud a 3.545 metros, con una inclinación del 30%. Aunque nunca se ha extraído el fuel de un petrolero hundido a esta profundidad, sí se saca crudo de yacimientos muy profundos, a unos 2.500 metros, pero las condiciones son muy distintas, por la temperatura y la presión existentes en el fondo del mar. Se trataría de empujar la tecnología más allá del límite actual, explica un experto.
Fuel denso
El bombeo o extracción del fuel, aún con ser la mejor opción, no esta a salvo de enormes dificultades; al fin y al cabo nunca se ha hecho una operación así. El fuel del Prestige es muy denso, por lo cual habría que tratarlo de alguna manera para poder bombearlo. Pese a que se ha pensado en la opción de calentarlo, la baja conductividad térmica del chapapote dificulta enormemente la operación, de manera que lo mejor sería ir añadiéndole algún producto, como aceite, para hacerlo menos denso. El bombeo podría hacerse desde buques o desde una plataforma flotante. El coste de esta operación de extracción rondaría los 200 millones de euros.
Lo que está claro es que el sellado de las grietas del Prestige es una solución provisional. Se han utilizado en la mayor parte de las grietas tapas metálicas y sacos de granalla, diseñados y realizados por la empresa Izar para adaptarse a las limitaciones del sumergible francés Nautile, cuyos brazos manipuladores no pueden trabajar con cargas superiores a 50 kilogramos. Esta solución temporal del taponado de grietas está expuesta al deterioro por corrosión, que se añade al posible efecto de las corrientes, por lo que los expertos creen que las obturaciones efectuadas durarán, en su mayor parte, sólo algunos meses.
El comité ha tenido sobre la mesa unas 500 sugerencias para la solución definitiva del Prestige, y ha estudiado todas evaluando una lista de factores como el coste, el impacto ambiental y los medios necesarios. Al final, ha desestimado las imaginativas sin probar y optado por la que parece más factible, aún sin estar seguro de que se pueda hacer.
La opción de la explosión provocada de los restos quedó prácticamente descartada enseguida por los expertos. No sólo es extremadamente complicado (de hecho, prácticamente imposible) hacer actuar detonadores a casi 4.000 metros de profundidad, sino que, si se destruyesen las dos partes del buque, se plantearía el gravísimo problema de cómo recoger todos los residuos resultantes de la explosión.
Sarcófago
En cuanto a la segunda mejor opción, la de hacerle un sarcófago a los restos, el comité científico asesor no se decantará por ninguna solución específica. Es una opción también complicada, aunque los técnicos la consideran como alternativa de reserva si a la larga resulta imposible la mejor solución, la de la extracción del fuel.
Habría varias posibilidades para encapsular el Prestige y al menos una empresa ha declarado que es posible construir un sarcófago, posiblemente de hormigón. El problema es cómo colocarlo correctamente sobre los restos esparcidos a esa profundidad. Otras opciones incluyen hacerlo metálico.
Hasta ahora, los trabajos del Nautile han costado al Gobierno español 1,2 millones de euros (hasta el 20 de enero) más una suma de 50.000 euros diarios en los días posteriores en que ha trabajado sobre el Prestige.
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