Avistada una mancha de fuel de dos millas cerca de Asturias
Euskadi advierte de la llegada de nuevos regueros a sus costas
El barco de reconocimiento Salvamar Capella localizó ayer una mancha de fuel de dos millas de longitud pegada a las costas asturianas, mientras el Cuco avistó grandes irisaciones cerca de la Costa da Morte. El fuel desperdigado por el mar sigue cercando las playas del País Vasco, Francia y Galicia, en cuyas aguas los barcos recogieron 150 toneladas. El cambio de viento amenaza ahora Euskadi y Cantabria.
Los mapas de avistamiento de manchas por parte de los medios de reconocimiento aéreos y navales que ofrece la página web de la Consejería de Pesca de la Xunta dejan claro que el fuel del Prestige sigue desperdigado y a la deriva en un enorme arco que va desde el lugar del hundimiento del petrolero hasta Arcachon, en Francia. Hay irisaciones sobre el pecio, frente a Costa da Morte, galletas de 50 metros cuadrados frente al cabo Ortegal, un reguero de dos millas que discurre paralelo a Asturias y un rosario de galletas, bolas o placas emulsionadas de todos los tamaños flotando hasta Francia.
El fuel ha seguido llegando a Galicia y ahora el temor es que las irisaciones que cercan la Costa da Morte sean sólo la señal de que bajo ellas, entre dos aguas, navegan placas de chapapote. Las playas de Carnota recibieron una nueva oleada de galletas, que han arribado a arenas de forma continuada durante los últimos diez días, según el alcalde de la localidad, Xosé Manuel García.
Llegada continua
El patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Fisterra, José Manuel Martínez, explicó que ayer zarparon ocho embarcaciones para reconocer la zona y buscar manchas sin gran éxito. No obstante, anteayer barrieron 50 toneladas de fuel entre 44 barcos. Los partes del Gobierno indicaban que durante el fin de semana trabajaron en las playas 5.500 personas, entre civiles y militares.
La mayor amenaza se cierne ahora sobre Asturias. Los equipos de reconocimiento han encontrado irisaciones de dos millas de largo, a unas 10,5 millas al noroeste de Cabo Busto, así como irisaciones de 400 por dos metros a ocho millas al norte de Navia.
Según informa la Delegación del Gobierno en Asturias, en la zona de Navia también aparecieron irisaciones de 50 metros de diámetro a ocho millas al noreste de esta localidad del occidente asturiano. El Principado ha sufrido la suciedad del fuel en 109 playas, de las que 33 están ahora aparentemente limpias, 35 sufren leves irisaciones y restos de fuel y el resto tiene manchas en las rocas.
Regueros en el País Vasco
La situación también se ha complicado en Euskadi. La Comisión de seguimiento de los vertidos del Gobierno vasco advirtió en un comunicado de que los regueros de fuel avistados en las proximidades de su litoral podrían llegar a las playas en breve. El viento del noroeste soplará hoy y mañana, lo que provocará una deriva de las manchas de fuel hacia el sur-sureste y empujará el vertido hacia la costa vasca. El dispositivo naval antifuel, compuesto por 45 embarcaciones, permanece activado, lo mismo que los 69 pesqueros de la flota que intenta impedir la llegada del hidrocarburo a Asturias.
No obstante, las adversas condiciones meteorológicas están dificultando la navegación y la localización de las manchas. Pese a ello, los barcos vascos sacaron ayer del agua 3,8 toneladas de la mancha del Prestige localizada entre Matxitxaco, Bermeo y la zona de Mundaka. La flota combinada ha recogido en los últimos dos días un total de 1.760 toneladas de fuel y agua.
Desde que se produjo el hundimiento hasta ayer mismo, se han recogido en las playas y en mar más de 30.000 toneladas de fuel mezclado con residuos, pero las autoridades españolas y francesas creen que al menos otras 6.000 toneladas de hidrocarburo están desperdigadas entre el Atlántico y el Cantábrico y que una cantidad sin determinar sigue adherida a la costa.
El 'Nautile' vuelve al fondo
El submarino francés de bolsillo Nautile realizó ayer una nueva inmersión en la zona del hundimiento del Prestige, sumergido a 3.500 metros de profundidad, para intentar conseguir el sellado de la única fuga de la proa sobre la que aún no se había trabajado. El pasado viernes, el batiscafo centró su labor en trabajos de ajustes y controles visuales en la popa. El petrolero vierte por ahí, según cálculos, menos de una tonelada de fuel al día. El sábado, el Nautile trabajó en la proa del Prestige, donde sustituyó las tapas de las dos bitas con unas "campanas" construidas especialmente para esta función, y controló el resto de fugas. De las 20 grietas localizadas en el barco partido, 11 ya están tapadas pero otras nueve siguen soltando fuel, aunque en menor cantidad debido al enfriamiento.
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