La cultura, el deporte y el periodismo aplauden los nuevos 'dardos' de Lázaro Carreter
La presentación de 'El nuevo dardo en la palabra' se convierte en una fiesta de la lengua
La presentación ayer, en la Biblioteca Nacional, en Madrid, de El nuevo dardo en la palabra (Aguilar) se convirtió en una fiesta de la lengua y en un cálido homenaje a su autor, Fernando Lázaro Carreter. Cuatro profesionales del periodismo, Lorenzo Milá, Eduardo Haro Tecglen, Iñaki Gabilondo y Juan Luis Cebrián, moderados por Juan Cruz, hicieron suyo el humor de Lázaro Carreter para demostrar que la pasión por la lengua no está reñida con la ironía. Los profesionales del periodismo aceptaron contritos, pero agradecidos, los dardos del académico, que al final les dio su absolución.
Veinte minutos antes de que empezara el acto ya había cola en la Biblioteca Nacional para asistir a la presentación de El nuevo dardo en la palabra, libro que reúne los artículos de Fernando Lázaro Carreter publicados en EL PAÍS entre 1999 y 2002. El académico analiza en esos textos el uso que hacen los medios de comunicación del idioma.
Asistieron escritores como Almudena Grandes o Juan José Millás; académicos, entre ellos, Víctor García de la Concha, Emilio Lledó, Gregorio Salvador o Antonio Muñoz Molina; los futbolistas Jorge Valdano y Emilio Butragueño; la ministra de Educación, Cultura y Deporte, Pilar del Castillo; el director general del Libro, Fernando de Lanzas; editores y lectores entusiastas.
Abrió el fuego Eduardo Haro Tecglen, amigo desde hace muchos años de Lázaro Carreter. "Nos conocimos cuando él era crítico de teatro y yo también. Él lo dejó, yo sigo. Eran tiempos de whisky y cigarrillos. Los dos ya lo hemos dejado y juntos hemos llegado a la edad del insomnio y de las piernas cansadas", afirmó Haro.
Lorenzo Milá, presentador del telediario de La 2, hizo reír al público que abarrotaba la sala. "Cuando acabé de leer el libro estaba lleno de dardos", afirmó. " Creo que todo lo que decimos lo decimos mal, y Lázaro Carreter tiene razón: no asumimos bien nuestra obligación de cuidar del idioma".
"Pero tenemos una justificación", añadió Milá. "Es muy distinto escribir para el soporte papel que para el soporte audiovisual. En los periódicos puedes leer la información dos veces, en la televisión sólo la oyes una. Nuestro objetivo fundamental es que la información se entienda a la primera y en este esfuerzo de síntesis damos picotazos al idioma. Pero no lo hacemos con mala intención". El equipo del telediario, explicó Milá, discute mucho sobre los términos que utilizan y cómo los utilizan.
"¿Como podríamos ser más eficaces en el lenguaje audiovisual?", le preguntó al autor de El nuevo dardo en la palabra. "Trabajando. Usted es un ejemplo de lo que hay que hacer: estudiar, comprender y discutir. La duda es absolutamente necesaria", respondió Lázaro.
Iñaki Gabilondo, responsable del programa Hoy por hoy, de la SER, arrancó carcajadas al declarse coautor del libro. "Le hemos dado mucho material para estos dardos y seguiremos dándoselo para las siguientes ediciones". Gabilondo pidió a Lázaro Carreter que hiciera públicos los nombres de los infractores del idioma. "Así tendríamos alguna esperanza de corrección. La vergüenza juega un papel muy importante en nuestra sociedad".
Gabilondo preguntó a Carreter si perjudica al idioma el lenguaje abreviado que los chicos utilizan a través del teléfono móvil". "Creo que no afecta nada al lenguaje natural", dijo el académico. "El problema es cómo se educa a los niños en la escuela, que es donde debe despertarse la conciencia crítica"
El académico y periodista Juan Luis Cebrián contó que su primer contacto con Lázaro fue como lector de las críticas de teatro que publicaba en La Gaceta Ilustrada. "Desde entonces lo he seguido con enorme admiración. Cuando fundamos EL PAÍS, colaboró en nuesdtro Libro de estilo. Ahora coincidimos en una etapa fascinante de la Academia".
Cebrián destacó la labor de Lázaro Carreter como director (1991-1998) de la Real Academia. "Hay un antes y un después de Lázaro. Antes era una casa secreta y elitista y él la abrió a la sociedad. El trabajo que hizo y que ahora continúa el actual director, Víctor García de la Concha, no es suficientemente conocido. Todos los hispanohablantes tenemos una deuda con Lázaro".
Sobre el periodismo y sobre cómo se utiliza la lengua en los medios, Cebrián dijo que, tras 40 años de profesión, tiene claro que sólo hay dos clases de periodistas: "los que escriben bien y los que escriben mal, los que hablan bien y los que hablan mal. Y detrás de eso, y lo más importante: hay que leer bien".
Las peligrosas complicidades
La presentación de El nuevo dardo en la palabra provocó un debate sobre el uso del idioma interesante y divertido. Fernando Lázaro Carreter, que cumplirá 80 años el próximo 13 de abril, se mostró tan agudo como sus textos. Como dijo Iñaki Gabilondo al referirse a la "extraordinaria cualificación" del académico. "Tiene una dureza disfrazada de cordialidad y una cordialidad disfrazada de dureza". "Le tememos y le admiramos", añadió Concha García Campoy. Lorenzo Milá estuvo sembrado al hablar de que su telediario busca la complicidad. "No sé si puedo utilizar esta palabra, porque Lázaro Carreter dice en su libro que el significado más directo de cómplice es 'participante o asociado en crimen o culpa imputable a dos o más personas". Hubo carcajadas. Lo mismo que cuando leyó un ejemplo sobre el spanglish que aparece en el libro: Goya es un artista "consummately español que pinturas, dibujos y grabados multifarious reflejaron agitaciones históricas contemporáneas e influenciaron los pintores importantes diecinueveavo y 20th-century""Es un problema de traducción automática", explico Lázaro. ¿Y qué podemos hacer? "Nada. Esperar que esta técnica de traducción mejore".
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