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Los últimos 10 días en la vida del petrolero | CATÁSTROFE ECOLÓGICA

El cuaderno de bitácora del 'Prestige' omite todos los datos relativos al accidente

La última anotación del diario sólo cita la petición de auxilio a Finisterre a las 14.10 del día 13

El cuaderno de bitácora del Prestige va a arrojar poca luz sobre el origen del siniestro. Su última anotación, 14.10 del 13 de noviembre, sólo detalla que se dio la alarma a bordo (distress) y se pidió socorro (may day) al centro de Finisterre por el canal 11. El oficial autor de la anotación no añade una línea más para precisar qué tipo de suceso ocasionó tal alarma: incendio, derrumbe de una plancha, choque o explosión. La defensa del capitán justifica este laconismo por la emergencia. No hay ninguna anotación posterior porque, supuestamente, el libro fue enviado a tierra sólo unas horas después.

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14.10 del 13 de noviembre. Uno de los tres oficiales que se va turnando en las guardias en el Prestige registra en el cuaderno de bitácora el siniestro: "Dada la alarma (distress). Se informa también al control del tráfico de Finisterre por el canal 11 para may day (socorro)". Se registran las coordenadas. Es el punto final del cuaderno de bitácora.

Ni una línea más sobre lo que luego los tripulantes declararían al juez, como que oyeron una explosión, sintieron un golpe o que se abrió una enorme vía de agua. Nada. Las inmediatas anotaciones previas sólo hablan de un fuerte viento (nueve nudos), de un cielo cubierto y un barco que era zarandeado por una mar en pleno temporal. No hay ningun dato más entre dicha anotación tomada dos horas antes y el punto final del cuaderno de bitácora.

Expertos marítimos consultados por EL PAÍS ven anómalo este vacío documental. Pero más singular que tan telegráfica anotación sobre el incidente es que a partir de esa hora el cuaderno quedó en blanco. No sólo, como indican fuentes de la defensa de Mangouras, porque las urgencias del momento impedían mayores precisiones. Sino porque, según dicha versión, el cuaderno salió físicamente del barco con la primera remesa de tripulantes rescatados en helicóptero: a las 16.10 horas del día 13.

El capitán, en cambio, se quedó a bordo con el primer oficial y el jefe de máquinas. Abandonaron el buque casi a la misma hora, pero dos días más tarde, el 15, con orden de llevarse "toda la documentación del buque y diario de a bordo".

Las autoridades españolas ignoraban, conforme a la versión de la defensa del capitán, que el libro se hallaba desde hacía 48 horas en la habitación del tercer oficial, en el hotel Avenida. Más allá de la peripecia novelesca y lo que puede interpretarse como otra falta más de entendimiento entre capitán y autoridades españolas, que mientras le ordenan que busque el diario, éste se halla ya en tierra, el punto final de este documento abre varios interrogantes a juicio de los expertos marítimos consultados. "No es normal que se despache un incidente tan grave con un mero 'hemos lanzado un distress y comunicado con Finisterre para pedir socorro'. Lo normal es que, si no en ese momento, posteriormente alguien hubiera añadido alguna precisión sobre el origen del suceso. Y eso debieron hacerlo por la propia seguridad jurídica de ellos, para que quedara claro, por confusa que fuera la situación, qué estaban viviendo".

Más llamativo resulta a juicio de los expertos consultados que el capitán del Prestige, por mor de salvar el cuaderno de bitácora, dejó en blanco todas sus decisiones en las 48 horas siguientes, hasta su rescate el día 15. "Es inconcebible. Eso le resta valor jurídico a todas las decisiones que tomó el capitán en unos momentos donde se imponía tomar decisiones de la mayor trascendencia, y es una aberración tanto frente a sus posibles responsabilidades ante la justicia como ante su propio armador. Si quiso salvar el libro, pudo usar un segundo libro o improvisar en una libreta, todo, menos dejar sin transcribir qué decidió y qué ocurrió a bordo en esos dramáticos momentos".

La defensa de Mangouras defiende por qué era prioritario salvar el libro tras el incidente a costa de impedir su continuidad: "Lo importante no era contar el incidente, eso ya todo el mundo lo sabía. Lo importante era salvar esta caja negra que demostraba cómo navegó el barco hasta llegar a esta situación. Porque de ella se puede deducir que, efectivamente, el barco siempre estuvo en regla". La defensa de Mangouras resta trascendencia a que no se dijera una sola palabra del por qué de la alarma. "En esos momentos, lo importante era salvar el barco". Los expertos consultados admiten que esto es válido para los primeros momentos de confusión, pero ven extraño que no se tomara ningún oficial la molestia de añadir un solo dato más. Curiosamente, el cuaderno de bitácora, es definido como "un libro rayado y encasillado convenientemente en el cual se anotan todos los elementos que sirven para llevar la estima, las situaciones astronómicas, las observaciones meteorológicas y los acontecimientos notables de la navegación, cuyas anotaciones las hace cada oficial al rendir su guardia".

Los tres oficiales que se turnaron realizando las anotaciones en el cuaderno de bitácora del Prestige, paradójicamente, anotaron desde el 4 de noviembre todas las pinceladas para conocer al detalle su singladura desde Letonia desde el 4 de noviembre, pero llegados al acontecimiento más notable en la vida del buque optaron por no dar detalles.

El capitán del <b></b><i>Prestige,</i> Apostolos Mangouras, tras su detención por la Guardia Civil el 15 de noviembre.
El capitán del Prestige, Apostolos Mangouras, tras su detención por la Guardia Civil el 15 de noviembre.EFE

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