El chapapote vuelve a la Costa da Morte
Los marineros creen que la nueva marea de fuel llega entre aguas procedente de los restos del 'Prestige'
La Costa da Morte ha vuelto a teñirse de negro. Cientos de toneladas de chapapote han impactado en las últimas horas en las calas de Muxía, Camariñas, Carnota o Corcubión, y los voluntarios se afanan ahora para evitar que el trabajo de semanas se eche a perder. Pero el origen de estas nuevas manchas es aún dudoso: algunos marineros creen que procede directamente del petrolero Prestige, hundido a 240 kilómetros de la costa, y hablan por ello de una "cuarta marea negra". Otros sospechan que el temporal sólo ha desplazado el fuel, arrancándolo de unas playas para estrellarlo contra otras. La Xunta suscribe esta hipótesis y sostiene que la posibilidad de una cuarta marea es "remotísima", aunque "no descartable".
"Lo que es seguro es que, ahora o dentro de un mes, el 'Prestige' volverá a echar fuel"
"Mire, están más sucias que hace tres semanas. Parece que no hayamos limpiado nada"
"Mire, están ahora más sucias que hace tres semanas. Parece que hayamos estado limpiando para nada". Marisol Soneira, concejal en el gobierno municipal de Camariñas, del PSOE, señala las rocas negras y brillantes de la cala de Home Morto. A su lado hay más de cien cubos impregnados hasta arriba de chapapote, que un centenar de soldados ha estado subiendo y bajando con cuerdas del acantilado durante horas. Pero Soneira no cree estar ante un cuarto vómito de fuel procedente del Prestige, naufragado el pasado 13 de noviembre y que aún conserva 50.000 toneladas de petróleo en sus tripas.
"Cuando llegaron la primera y segunda mareas no tuvimos ninguna duda: fue algo masivo, una enorme alfombra de chapapote que llenaba esta cala y todas las demás, a lo largo de 30 kilómetros. Ahora, sin embargo, parece que llegan manchas dispersas, se concentran en una zona del acantilado, y no es un fuel tan líquido ni tan negro. Esto tiene toda la pinta de ser petróleo que el mar, durante los días de temporal, ha sacado de unas calas y descargado en otras", explica la concejal socialista.
No lo tiene tan claro el patrón mayor de la cofradía de Muxía, Javier Sar. "Esta semana es verdad que han llegado manchas que, muy probablemente, son de las anteriores mareas y que el mar está moviendo de un sitio a otro, pero la semana anterior los percebeiros vieron chapapote negro y líquido, con un olor muy penetrante a gasoil. No estamos seguros, pero creemos que puede ser fuel nuevo, que viene entre dos aguas y sólo se deja ver cuando llega a la costa", afirma Sar.
Esto avalaría la tesis de una cuarta marea negra -la tercera pasó de largo junto a las playas gallegas, y ahora está situada en forma de gran mancha frente al litoral francés-.
También han visto en los últimos días "grandes manchas de petróleo entre aguas" el alcalde de Corcubión, Rafael Mouzo, y el de Carnota, Xosé Manuel García, ambos del BNG, aunque ninguno se atreve a hablar de una cuarta marea negra. "Podría ser la avanzadilla de una nueva oleada o bien restos de la mancha que luego se fue hacia Francia. En cualquier caso, no ha sido ni mucho menos tan masiva como las dos primeras mareas", aclara García. El regidor de Muxía, Alberto Blanco, del PP, es más tajante: "Yo no hablaría de cuarta marea en absoluto. Aquí lo que sucede es lo siguiente: vas un día a una cala de difícil acceso, donde no pueden limpiar los voluntarios, y está negra. Unos días después vuelves y resulta que buena parte del chapapote ha desaparecido. Es decir, que el mar se lo lleva y lo arrastra hacia otro sitio, sobre todo si hay temporal, como es el caso. Así entra fuel en las calas casi diariamente".
La socialista Soneira también ha observado ese fenómeno en Camariñas. "Al principio, cuando llegó la primera marea, nos concentramos en las zonas más sencillas de limpiar y dejamos aparcados los acantilados más peligrosos. Pero a veces pasábamos por allí y veíamos que el fuel había desaparecido, sin que nadie lo limpiase".
Soneirahace una lectura clara de este fenómeno: "La lectura que hay que hacer es que tenemos aún muchos kilómetros de costa afectada sin tocar, que los voluntarios son insuficientes, por mucho que la Xunta diga lo contrario, y que es fundamental limpiar el chapapote apenas llega a la playa, porque, si no, las consecuencias son las que estamos sufriendo ahora". Es decir, no una cuarta marea negra pero sí una incesante y desesperante repetición de las anteriores. "Y lo peor es que eso puede durar meses o años".
Cinco barcos de marineros de Camariñas salieron ayer por la mañana a escrutar el mar en busca de pistas. "No encontraron nada", cuenta Toñito, de 28 años y percebeiro desde los 13. "Eso significa que, al menos en superficie, no parece que haya nuevas manchas, sólo las de siempre. Aunque lo que sí podría ser es que el petróleo estuviera avanzando todo el tiempo entre dos aguas, sumergido. Eso es lo que tenemos que vigilar", matiza. "Porque lo que es seguro es que, antes o después, ahora o dentro de un mes, el Prestige volverá a echar fuel".
La posibilidad de que una cuarta marea negra esté ya amenazando la Costa da Morte es "remotísíma", según la Xunta. "No se puede descartar totalmente que estas últimas manchas procedan del petrolero, porque eso no lo sabe nadie. Pero los expertos internacionales que asesoran al Gobierno, y muchos alcaldes de la zona, se inclinan por pensar que esto es sólo un reflujo de fuel de las rocas que el mar está escupiendo por segunda o tercera vez", insiste un portavoz del Ejecutivo gallego.
El desconocimiento sobre lo que pasa en el fondo marino en el que yace el buque es total, entre otras cosas porque el batiscafo francés Nautile, encargado de sellar las 20 grietas del Prestige e informar de su estado, ha estado varado casi dos semanas, sin poder realizar inmersiones, a causa del temporal. Ayer, por fin, pudo sumergirse de nuevo, aunque el Gobierno no hará públicos los resultados de esta inmersión hasta la próxima semana.
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