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La tercera marea amenaza las costas gallegas | CATÁSTROFE ECOLÓGICA

Movilización general en las Rías Bajas ante el regreso a la costa de oleadas de fuel

El chapapote llegó a las puertas de la ría de Vigo tras superar la barrera natural de las islas Cíes

El viento ha dejado de ser favorable y la marea negra, viscosa y contaminante del fuel vertido por el Prestige vuelve a amenazar las Rías Bajas, la reserva de marisco más importante de Europa. Ni el buque de la Armada Galicia, ni los nueve buques extranjeros anticontaminación contratados por el Gobierno, ni los cientos de voluntarios que trabajan en las Rías Bajas pudieron evitar ayer la entrada de algunas manchas de fuel en la zona de Vigo. Los marineros de las cofradías de Cangas, Moaña, Arcade, Redondela y demás pueblos pesqueros de la ría se empeñaron en impedir la entrada de la mancha negra y viscosa, que había superado la barrera natural de las islas Cíes, a la ría de Vigo. Sólo lo pudieron hacer hasta las 17.30, mientras hubo suficiente luz.

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El Instituto Técnico Superior de Lisboa, en sus estudios de simulación basados en los pronósticos meteorológicos, apunta que la mancha de fuel más voluminosa avanza hacia las Rías Bajas de manera que tocará la costa mañana.

El Gobierno español anunció ayer a través de una nota informativa que los vientos "acercan a la costa las manchas que puedan existir, disgregadas de la mancha principal procedente de la rotura del barco", y admitió que la situación es "preocupante" en las rías de Vigo y Pontevedra. En esta zona se veían "irisaciones, manchas con mezcolanza de aceite y pequeñas partículas de chapapote". Desde ese punto se vieron ayer algo más que irisaciones y pequeñas partículas de chapapote. Hacia el mediodía, varias manchas de fuel viscoso consiguieron sobrepasar las islas Cíes -el tapón natural que contuvo la llegada de la mancha contaminante en la anterior marea negra- y entraron en la ría de Vigo.

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El fuel, que esta vez pasó por el hueco que dejan las islas Cíes desde su punta más meridional (el cabo de Bicos) hasta la boca de la ría, manchó de nuevo el litoral de esas islas que da a la ría, y formó un cerco negro entorno a la isla de Toralla, a sólo unos kilómetros de la ciudad de Vigo.

Según los marineros que trabajan en la zona, a lo largo de la tarde el petróleo se extendió también a las playas de Barra, Viñó y Nerga, situadas en el tramo final del margen derecho de la ría, junto al cabo Home. En la de Nerga apareció un ejemplar muerto de arao común, una de las aves marinas de las que quedan muy pocas parejas en la Península.

Y eso pese al esfuerzo desde primera hora de la mañana de cientos de pescadores, mariscadores y bateeiros que se situaron con sus pequeñas embarcaciones en el punto por el que entraba el fuel, una zona expuesta al mar abierto en la que pudieron trabajar gracias a la ausencia de viento y oleaje.

Una flotilla de unos 50 barcos, entre los que predominaban las planeadoras, trató de extraerlo con los aparejos que normalmente utilizan para faenar. Tras una semana de lucha contra el fuel sin la ayuda de nadie, los marineros han adquirido experiencia, y la coordinación entre ellos ha mejorado la eficacia de su lucha contra el fuel.

Los pesqueros de bajura, de entre 10 y 15 metros de eslora, trabajan de dos en dos arrastrando cada uno de ellos el extremo de una red en forma de U tejida por ellos mismos, con la que tratan de acumular el fuel. "El problema es que muchas veces salta por encima de las corcheras", lamentaba ayer un marinero de la cofradía de Cangas, que aseguró que en los próximos días tejerán una nueva red pero utilizando barriles como flotadores.

Cuando se consigue concentrar algo de fuel en la red, acuden las planeadoras con tres o cuatro tripulantes que, pertrechados con rastrillos y palas o simplemente con sus propias manos, tratan de recoger el engrudo de la red y cargarlo en capachos que luego son vaciados en las embarcaciones más grandes. En una de esas lanchas, el percebeiro Manuel Nei, se quejaba mientras recogía penosamente el crudo: "¡Necesitamos que movilicen más barcazas!".

Mucho más efectivos son los galeones, como llaman en la zona a los barcos de los bateeiros, que cuentan con un brazo mecánico para levantar las cuerdas cuajadas de mejillón. Ahora utilizan su herramienta como pala mecánica para arrancar a bocados las manchas de mayor densidad sólo unos centenares de metros al sur de la isla de San Martiño.

La jornada de los marineros terminó hacia las 17.30. Sobre esa hora, los 271 marineros de Cangas que zarparon por la mañana, volvieron a puerto. En la lonja les esperaba un dispositivo de voluntarios que según Ana García Pazos, la coordinadora de todos ellos, "ha sido preparado por la cofradía única y exclusivamente para ponerlo al servicio de los marineros". Tienen en un ordenador una base de datos con el nombre de 3.000 personas que pueden ser llamadas ante cualquier contingencia.

Nada más desembarcar los pescadores, un grupo de voluntarios se encarga de limpiar sus barcas con serrín mezclado con disolvente, para que al día siguiente no tengan ninguna mancha. Si la embarcación ha sufrido algún daño, los mecánicos voluntarios lo repararán gratuitamente para que al día siguiente pueda volver a luchar contra las manchas.

Para evitar irritaciones respiratorias, el médico, también voluntario, les obliga a limpiarse la nariz y a hacer gárgaras para evitar que los efluvios del fuel permanezcan en las mucosas. Si a pesar de todo tienen alguna molestia, pueden pasar por la improvisada enfermería donde un fisioterapeuta tratará de mitigar sus dolores musculares.

Por otra parte, la fragata Extremadura de la Armada impidió la entrada en aguas de la Zona Económica Exclusiva del petrolero Byzantio, que tenía como destino Gibraltar, "por no cumplir las normas mínimas de seguridad exigidas en el acuerdo hispano-francés firmado entre los dos gobiernos". El petrolero monocasco, con bandera de Malta, fue construido en 1976.

El Ejecutivo español aprobará mañana un Real Decreto para prohibir el atraque en los puertos españoles de aquellos buques monocasco que transporten determinados productos, entre ellos el petróleo pesado.

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