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La evolución de la marea negra | CATÁSTROFE ECOLÓGICA EN GALICIA

Tres manchas gigantes emergen del 'Prestige'

Rajoy dice que la popa tiene "dos grietas pequeñas", pero no precisa cuánto fuel mana de ellas

Jorge A. Rodríguez

El Gobierno admitió ayer la existencia de tres manchas de proporciones gigantes en la zona del hundimiento del Prestige, a 246 kilómetros de la Costa de la Muerte. El vicepresidente Mariano Rajoy describió este panorama tras sobrevolar el área del Atlántico donde se fue a pique el petrolero: existen dos manchas, de 7,4 y 4,6 kilómetros de radio, respectivamente, de "aspecto irisado y poco denso" y una tercera, de 15,7 kilómetros de radio "más consistente y preocupante que las anteriores". Rajoy explicó que el submarino de bolsillo francés ha hallado dos "grietas pequeñas" en la popa del Prestige pero no podía precisar cuánta carga negra se escapaba. Además, en contra de lo aseverado hasta ahora, ya no está claro que el fuel sulfuroso se vaya a solidificar. Una tercera marea negra flota en el Atlántico.

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Mariano Rajoy, tras sobrevolar el punto en que zozobró el buque con el consejero de Pesca de la Xunta, Enrique López Veiga, hizo un balance de la situación distinto del difundido hasta ahora. Han desaparecido certezas insistentemente subrayadas por el Gobierno desde que comenzó la marea negra: la congelación del fuel, la inexistencia de manchas donde zozobró el Prestige (el Instituto Hidrográfico de Portugal insistió ayer en su existencia horas antes del reconocimiento de Rajoy) y la suficiencia de los medios contra la marea negra. El tercer capítulo del desastre, de mayores proporciones, ha pasado de posible a probable.

La zona del hundimiento presenta grandes manchas que se alejan de la costa, empujadas por las actuales condiciones del mar, siempre variables. La primera se localiza en la zona comprendida entre la popa y la proa del barco (distanciadas en el lecho marino más de 3,5 kilómetros), con un radio de 7,4 kilómetros. La segunda flota a 9,2 kilómetros de ese punto y su radio es de 4,6 kilómetros. "Éstas tienen un aspecto irisado y poco denso, lo que indicaría que están formadas por aceite y combustible", precisó Rajoy, quien afirmó que los buques noruegos desplazados a la zona tienen dificultades para chuparla, precisamente por su baja consistencia.

La tercera mancha "es la más preocupante", reconoció el vicepresidente. Se ubica a 27,7 kilómetros al oeste, deriva hacia el centro del Atlántico, es "algo más densa y consistente que las anteriores" y tiene un radio de 15,7 kilómetros. En un aparte, agregó que no tiene el grosor de las placas que se han pegado a rocas y arenas.

No son las únicas placas. Entre Santander y Asturias se localizan entre 60 y 70 manchas, no muy grandes, sobre las que están actuando los barcos Gunnar Seidenfaden e Ibaizabal Dos. Al norte de Galicia se agrupan dos más, de ocho por dos metros cada una, a más de 20 millas de la Costa da Morte (atacadas por el barco Punta Mayor), mientras que "otra mancha importante se ha colocado a 47 millas al suroeste de la isla de Ons", precisó Rajoy. "No descarto que toque tierra".

Eso en la superficie. En las profundidades abisales, el batiscafo Nautile inspeccionó la sección de popa del Prestige, localizada anteayer. "Esta parte del barco está mejor que la proa y sólo tiene dos grietas", dijo el coordinador de las operaciones contra el desastre.

Aunque Rajoy rehusó contestar con un sí o un no a la pregunta de si se escapaba fuel por ellas, reconoció las fugas de manera indirecta: "Por el momento no se sabe qué cantidad de fuel se pierde, por lo que quiero esperar a los informes completos antes de hablar". Y si sigue manando, quiere decir que la carga no se ha solidificado.

En el Consejo de Ministros del 22 de noviembre, Rajoy certificó que todos los informes técnicos apuntaban a "una solidificación del fuel. No hay otras alternativas". Ayer, en la sede de la Xunta, en Santiago dijo: "No se sabe si habrá solidificación ni cuándo se producirá".

El Gobierno, explicó, ha encargado ya varios informes para saber cómo puede actuarse sobre el petrolero hundido en el caso de que la fuga desde el fondo se eternice: "Eso es lo que tenemos que ver y por eso he pedido informes sobre las posibilidades de sellar el barco, pero primero hay que ver cuánto sale". Porque, de hecho, tampoco pudo precisar el monto total del fuel vertido hasta el momento. "Es muy difícil de saber la cantidad exacta". Se sabe que la flota multinacional ha succionado 10.780 toneladas del mar, que los marinos han cazado más de 1.600 y que de las playas se han retirado otras 5.800 toneladas. Es decir, 18.180 toneladas. "Claro que en lo recogido va agua y arena, por lo que calculamos que se han recogido unas 14.000 toneladas".

El vicepresidente hizo un repaso del contingente humano y del acopio de material pero ahora desde el reconocimiento explícito de que los "medios nunca son los suficientes" y de que hay que hacer "el mayor acopio de material posible, porque para cualquier faceta o problema, siempre se necesitan más medios".

Trece barcos extraen fuel del mar, 19 buscan manchas y vigilan, 15 aeronaves patrullan (del Ejército del Aire, la Xunta, del 112, de la Guardia Civil...) y 8.200 personas están limpiando las playas, rocas y acantilados (7.200 en Galicia y 1.000 en Cantabria).

Rajoy manifestó que el Gobierno está buscando en el mercado barcos de menor tamaño que los succionadores para trabajar contra las manchas pequeñas en las rías y también se va a intentar dotar de medios mecánicos de limpieza a la segunda línea de defensa de la costa, que es la formada por pesqueros, mejilloneros y perceberos.

El Ejército, además, viene ahora que los grupos de voluntarios se van a reducir sensiblemente con el final del puente. A los efectivos que ya están se sumaron ayer los buques Galicia y Pizarro, repletos de material y con 1.200 personas; 2.700 paracaidistas, ingenieros, artilleros de León, infantería mecanizada y legionarios. "Hemos pedido otros 15 aviones al Ejército del Aire para labores de patrulla aérea", concluyó Rajoy.

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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