Un extremeño moderno

Hablar del vino moderno en Extremadura es referirse a Marcelino Díaz, enólogo empresario que lleva apostando desde los setenta por el vino de calidad, primero con su Lar de Barros y ahora con este Puerta Palma. Fue el primero en comprender que el viñedo de Tierra de Barros -especializado en la alta producción de graneles, y dominado por el blanco- necesitaba de una reconversión hacia el tinto, y la incorporación de varietales nobles como tempranillo y cabernet sauvignon. Luego les han seguido, en irrupción irresponsable, el resto de cepas prestigiosas francesas: merlot, syrah y pinot noir.

Más juiciosamente, Marcelino Díaz explota las posibilidades de la uva graciano, aunque todavía tímidamente, para realizar su nuevo vino, en el que predominan las notas frutales de la tempranillo junto al plus tánico del cabernet. Se trata de un tinto con vocación de pago, elaborado con uvas seleccionadas de su finca Las Tenderas, cuya mayor virtud es el equilibrio entre la crianza en roble nuevo y los aromas afrutados. De gustos sabrosos, pero sin empalago, mantiene la necesaria finura para que la carnosidad no atosigue, y el vino, discretamente, te invite a un nuevo trago. Pero debe ganar en complejidad para entrar por la puerta grande.