Bush propone a la ONU la 'última oportunidad' para evitar la guerra
EE UU presenta un nuevo proyecto de resolución sobre Irak
Estados Unidos presentó ayer en la ONU su tercer borrador de resolución sobre Irak, un compromiso que mantiene los principales objetivos de Washington -reafirmar la situación de ilegalidad del régimen iraquí, endurecer las inspecciones y amenazar con represalias militares-; pero concede a Bagdad una 'última oportunidad' para respetar sus acuerdos con Naciones Unidas y evitar una guerra.
Aunque no figure en el texto, EE UU se reserva el derecho de actuar, en caso de incidente, sin el previo consentimiento del Consejo de Seguridad. Washington ha dejado claro que éste es su último esfuerzo diplomático y ha pedido una votación antes de finales de esta semana. Francia y Rusia acogieron el texto con cautela. El presidente Jacques Chirac, tras llamar a su homólogo ruso, Vladímir Putin, pidió desde París que se eliminaran todas las 'ambigüedades' sobre el uso automático de la fuerza, pero subrayó las 'mejoras' respecto a anteriores propuestas.
El Consejo volverá a reunirse hoy para reexaminar el texto, párrafo por párrafo. Se espera que la resolución recabe el apoyo casi unánime del órgano decisorio de la ONU, con la posible y previsible abstención de Siria.
La presión ha sido implacable. El martes, el secretario de Estado estadounidense, Colin Powell, mantuvo su enésima ronda telefónica con sus homólogos para asegurarse de su apoyo. Durante el fin de semana, México, uno de los miembros no permanentes, se decantó a favor de EE UU, señalando el creciente apoyo en el seno del Consejo a las tesis de Washington.
La resolución afirma que Irak 'ha estado y permanece' en flagrante violación de sus acuerdos de desarme con la ONU y se enfrentará a 'serias consecuencias' si no coopera con los inspectores. Toda nueva violación deberá ser inmediatamente 'transmitida al Consejo de Seguridad para ser evaluada'. Un nuevo párrafo asegura que el Consejo ha decidido otorgar al régimen de Sadam Husein 'una última oportunidad de respetar sus obligaciones'. Para ello 'pone en marcha un sistema de inspecciones reforzado para conseguir un completo desarme'.
Washington mantiene así sus principales objetivos: advierte a Bagdad de que cualquier incidente se añadirá a la lista de promesas incumplidas en los últimos 11 años; reitera la amenaza de graves 'consecuencias' (un eufemismo por ataque militar) y endurece el mandato de los inspectores de la Comisión de las Naciones Unidas para la Inspección, Vigilancia y Verificación (UNMOVIC, en inglés).
Conserva también su calendario inicial. Tras la votación, Sadam tendrá siete días para aceptar la resolución y otros 23 para informar del estado de su arsenal. Bagdad ha dejado entender a principios de esta semana que acataría la votación del Consejo.
El texto es bastante menos agresivo que el primer borrador. Éste autorizaba 'el uso de todos los medios necesarios para restaurar la paz y seguridad nacionales', una cláusula, que Francia, Rusia y China consideraron inaceptable. París, que ha liderado las negociaciones, insistía en adoptar una segunda resolución para dejar en manos del Consejo la decisión y la naturaleza de eventuales represalias. Pero en la propuesta de EE UU, el proceso en dos etapas queda edulcorado en un simple debate del que Washington puede desmarcarse. Lo explicó Powell hace unos días a un grupo de periodistas extranjeros. 'Si Irak viola la resolución, el Consejo deberá reunirse inmediatamente para tomar una decisión, mientras, EE UU y otros países podrán juzgar lo que convendrá hacer si el Consejo no actúa'.
Otra de las ambigüedades es lo que se entiende por 'incidente'. Para la consejera de Seguridad del presidente estadounidense, Condoleezza Rice, es un retraso de dos horas en las inspecciones. No todos comparten su opinión. 'No vamos a entrar en guerra porque nos cierran una puerta', afirmaba hace poco el embajador de uno de los países del Consejo.
Hans Blix, el jefe de la UNMOVIC, ya ha asegurado que está listo para salir. Tras la votación, tendrá 45 días para instalarse y reanudar las inspecciones, interrumpidas desde diciembre de 1998 y 60 días para entregar un informe.
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