¿Con el máximo respeto?

'Todos los pacientes y usuarios de Osakidetza tienen derecho a ser atendidos con el máximo respeto, con corrección y comprensión'. Esto se puede leer en un folleto publicado por el Departamento de Sanidad, pero no siempre se cumple. Al sufrir una pequeña rotura de fibras, mi médico de cabecera me mandó al traumatólogo en el ambulatorio de Doctor Areilza. Acudo a la consulta, empiezan a pasar pacientes y a mí no me llaman. Le hago una observación a ese señor y me comenta que no aparezco en su lista de pacientes. Le sugiero que puedo esperar al final de su consulta y fuera de sus casillas, levantando la voz y amenazándome, grita: '¡No querrá que me pegue con usted!'.

Con el susto en el cuerpo acudo a recepción a solucionar el problema y acto seguido pongo una denuncia contra el traumatólogo en la unidad de atención al paciente. Un mes después contestan 'sintiendo que el trato no haya sido el esperado en eses circunstancias'. Y se quedan tan anchos. Con un cabreo monumental les contesto que eso no es de recibo, ya que los pacientes, aparte de pagar, y muy bien por cierto, esos especialistas, nos merecemos un respeto. Alberto Colina, director médico del Hospital de Basurto, se pone en contacto conmigo y sólo encuentro palabras muy bonitas que no van a ningún sitio.

Además, dicho traumatólogo, al ver mi reclamación, decidió vengarse; no contento con rechazarme como paciente (¡qué alivio!) se negó a pasar al otro médico mi historial médico (en realidad, el volante de la médico de cabecera). ¿Y qué hace Osakidetza? Pues sencillamente mirar hacia otro lado. Parece mentira que Osakidetza, que tanto se vanagloria de ofrecer un buen servicio, no haya tomado cartas en el asunto y siga permitiendo esta falta de consideración hacia los pacientes.