Alejandro Sanz arrasa otra vez en los Grammy
Rosario Flores, Miguel Bosé y Chocolate, otros ganadores en los premios de la música latina
Los Grammy latinos sólo tienen tres años y ya muestran signos de atavismo: siempre hay polémica con los cubanos y Alejandro Sanz suele llevarse los mejores premios, 'dos años seguidos es mucho', dijo el cantante. La ceremonia, que pretende recompensar lo mejor de la música en español o en portugués, se celebró el miércoles (madrugada del jueves en España) en el teatro Kodak de Los Ángeles sin sobresaltos. Al menos se celebró. En 2001 coincidió con el 11 de septiembre y fue suspendida. Sanz no fue el único español galardonado: Rosario Flores se llevó el grammy al mejor álbum pop femenino con Muchas Flores; Miguel Bosé ganó el mismo premio en la categoría masculina por Sereno, y El Chocolate, el de flamenco por Mis setenta años en el cante.
Alejandro Sanz se llevó los tres principales galardones de la noche: mejor grabación del año y mejor álbum con su MTV Unplugged y mejor canción con Y sólo se me ocurre amarte. En la edición anterior, Sanz se llevó estos mismos premios más el de mejor intérprete pop por El alma al aire. En ambas ocasiones sus principales contendientes fueron colombianos: Juanes hace un año y Carlos Vives en esta edición, que empezó siendo el favorito con seis candidaturas por Déjame entrar y que al final sólo ganó dos premios en las categorías de mejor álbum tropical contemporáneo y mejor canción tropical.
'Siento un poco de vergüenza porque todos los que están aquí se lo merecen tanto o más que yo', dijo Sanz al subir al escenario, algo abrumado por tanta atención. 'Estaba en mi casa, tranquilo componiendo mi próximo álbum y me cuesta un poco cambiar el chip'.
Polémica con Cuba
La tercera ceremonia de los grammys latinos, que intenta afianzar en EE UU el tirón comercial del bilingüismo, no sufrió esta vez cambios de último minuto. En 2000 tenía que haberse celebrado en Miami, pero la ciudad boicoteó a los artistas procedentes de Cuba y los Grammys tuvieron que trasladarse a Los Ángeles. Luego fue cancelada por los atentados.
Este año la polémica con Cuba fue otra. Veintidós nominados que debían llegar de La Habana, entre ellos el pianista Chucho Valdés, el guitarrista Rey Guerra y el rapero X Alfonso, no consiguieron visado para entrar en EE UU. La versión oficiosa es que las nuevas normas que se aplican a los países sospechosos de terrorismo, entre los que se encuentra Cuba, retrasaron todo el papeleo. Valdés se quedó sin poder recoger su premio al mejor álbum de pop instrumental por Canciones inéditas, el primer Grammy del veterano artista.
El Unplugged, de Sanz, no fue el único ganador. Consiguieron recompensa: el del grupo mexicano La Ley fue el mejor álbum rock, y el de Cassia Eller, mejor álbum de rock brasileño. Además de Carlos Vives, el grupo mexicano Ramón Ayala y sus Bravos del Norte también consiguió dos grammys. Jorge Moreno, el cantante salsa-pop de Miami, fue considerado como el mejor nuevo artista del año. La colombiana Shakira consiguió el premio al mejor vídeo del año, y Juanes, a la mejor canción rock con A Dios le pido.
El evento, que presentaron la actriz Gloria Estefan y el actor Jimmy Smits, dio un breve repaso a un concepto tan amplio y cuestionable como el de música latina: Marc Anthony empezó con una salsa, Santana tocó con los rockeros de POD, la canadiense Nelly Furtado cantó con Juanes, Shakira movió las caderas, el veterano Vicente Fernández retomó sus clásicas rancheras y Celia Cruz, incombustible a sus 78 años, también se llevó el grammy al mejor álbum de salsa. Si consiguen librarse definitivamente de problemas y polémicas, los grammys latinos dependen ahora de su popularidad.
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