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Juan Pablo II pide más presencia internacional 'sobre el terreno' en Oriente Próximo

'Nadie puede permanecer indiferente ante un conflicto que parece no tener fin', dice el Papa

El papa Juan Pablo II hizo ayer un llamamiento a la paz en Oriente Próximo y, en unas declaraciones especialmente rotundas, pidió una mediación que incluya una mayor presencia internacional 'sobre el terreno'. 'Nadie puede permanecer indiferente ante un conflicto que parece no tener fin', dijo el pontífice durante la oración del ángelus, desde su residencia en Castel Gandolfo. Por su parte, Yasir Arafat aseguró que no aceptará las presiones internacionales para que se retire. 'Yo soy Abu Amar , no Hamid Karzai ', dijo.

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Gráfico:: La ofensiva israelí

'A la comunidad internacional le pido que se empeñe con una mayor determinación en estar presente sobre el terreno en la zona del conflicto', dijo el pontífice. 'Incluso en este periodo de descanso estival no dejo de pensar con viva preocupación en Tierra Santa, donde por desgracia no hay tregua para los cotidianos episodios de violencia execrable', aseguró Juan Pablo II. 'Nadie puede permanecer indiferente ante un drama humano que parece no tener fin'.

Si bien habló de una presencia mayor de la comunidad internacional en la zona -algo que ha sido solicitado varias veces por los palestinos, pero a lo que Israel siempre se ha negado-, el pontífice reafirmó que la convivencia entre las poblaciones de Israel y Palestina 'no puede nacer de las armas'. La crítica de Juan Pablo II a la actual política de Israel y de los sectores violentos de los palestinos fue clara: 'Ni los atentados, ni los muros de separación, ni las represalias podrán traer una solución equitativa'.

La oferta de mediación hecha por Juan Pablo II tuvo lugar en un momento en el que las partes continúan abundando en su confrontación y cruzando acusaciones mutuas. La aplicación de un plan de seguridad parece todavía distante, anteponiéndose la reforma de las maltrechas fuerzas de seguridad palestinas. Los nuevos servicios serán entrenados y equipados bajo la dirección de norteamericanos y con ayuda de jordanos y egipcios.

El primer ministro israelí, Ariel Sharon, aprovechó la reunión semanal del Consejo de Ministros para afirmar que la aceptación inicial por parte de la Autoridad Palestina del plan de seguridad sobre Gaza no fue más que un truco para embaucar a la Administración Bush, ante la reciente visita de una delegación de alto nivel compuesta por tres ministros palestinos.

Por su parte, el presidente palestino, Yasir Arafat, quien había calificado los contactos de Washington como 'muy positivos', pasó a condenar la crítica situación humanitaria en que se encuentran desde hace semanas Cisjordania y Gaza, que definió como 'muy trágica'. En declaraciones hechas desde su ruinoso cuartel general de Ramala, Arafat agregó que 'el Gobierno israelí está buscando una mayor escalada de sus planes militares y no tiene intención de alcanzar paz alguna'.

En unas declaraciones realizadas al diario argelino Al Watan, Arafat aseguró además que no soltará las riendas del poder para convertirse en un gobernante 'títere'. 'Yo soy Abu Amar , no Hamid Karzai . A mí me eligió el pueblo palestino', dijo.

Consciente de la gran distancia que sigue separando a las partes y la futilidad de la aplicación de cualquier plan, el director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) estadounidense, George Tenet, sugirió al nuevo ministro palestino de Interior, Abdel Razek al Yahiye, que se concentre en reestructurar sus fuerzas de seguridad.

Para ello, Tenet ofreció a su interlocutor que la propia CIA tome la dirección de las reformas, participando en el reclutamiento, alistamiento y adiestramiento de nuevos agentes.

El Papa es ayudado a recolocarse su capa, levantada por el viento, ayer, durante el rezo del <b><i>ángelus</b></i> en Castel Gandolfo.
El Papa es ayudado a recolocarse su capa, levantada por el viento, ayer, durante el rezo del ángelus en Castel Gandolfo.ASSOCIATED PRESS

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