España está a la cola de la UE en camas hospitalarias por cada mil habitantes
La proporción entre plazas y población disminuye desde 1980, según la OCDE
Los hospitales españoles tenían 162.608 camas en 1999 (último año del que el Ministerio de Sanidad ha dado cifras), es decir, cuatro plazas por mil habitantes. Es la proporción más baja de la UE, y además disminuye desde las 5,4 que recogía en 1980 la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Además el acceso a muchas de las camas está restringido. Unas 52.000 (el 32%) son de entidades privadas, y, por lo tanto, no accesibles para toda la población. La media de los países de la UE es de 7 camas por mil habitantes.
'Es llamativo que un país que presume de tener una de las mejores sanidades del mundo [la cuarta según la Organización Mundial de la Salud] esté en cuanto a camas hospitalarias en los últimos puestos de la Unión Europea', afirma el responsable de gestión de un gran hospital madrileño. Suecia (4,0) y Portugal (4,1) tienen dotaciones similares (ver gráfico). Los otros países 'tradicionalmente a la cola de Europa en servicios sociales' están por delante, como Irlanda (10), Grecia (5,0) e Italia (5,5), como recalca el directivo del centro.
La proporción puede ser aún menor, si se tiene en cuenta que un número de camas no están utilizables por las obras de los hospitales. Fuentes del Ministerio de Sanidad recordaron que la gestión hospitalaria está transferida, por lo que las medidas sobre dotaciones dependen de cada comunidad autónoma. Dentro de España, las mejor dotadas son Canarias y Cataluña (5,2 por mil habitantes), y las que peor la Comunidad Valenciana (3,1).
La Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) ha criticado en numerosas ocasiones la escasa dotación hospitalaria. Por ello, la FADSP ha pedido, entre otras medidas, que los hospitales militares se integren en la sanidad pública. Según su presidente, Marciano Sánchez-Bayle, esta carencia contribuye de manera 'decisiva' a las listas de espera en muchas especialidades. 'La falta de camas es sobre todo relevante en las de estancias de duración media y larga, y en las de atención geriátrica', afirma Sánchez-Bayle.
La disminución del número de camas es común en todos los países. Sánchez-Bayle destaca el 'modelo' del drástico recorte del Reino Unido, que pasó de 10,7 camas por mil habitantes en 1960 (cuando España tenía alrededor de 5) a 8,1 en 1980 y 4,2 en 1998, según la OCDE. 'Pero la media europea, que es a lo que se debe tender, está en siete', insiste. 'No tiene sentido que en España se reduzcan las camas sin que se llegue a esa media'.
Aparte de 'las políticas restrictivas, copiadas de la de Margaret Thatcher en el Reino Unido', la paulatina disminución de camas tiene otras explicaciones, según Sánchez-Bayle, que algunos expertos incluso vinculan con una mayor eficacia de los sistemas sanitarios.
El número de camas se ha reducido en todos los países desde los años ochenta. 'Se debe al aumento de las intervenciones quirúrgicas ambulatorias [las que se hacen en un día sin necesidad de que el enfermo duerma en el hospital], a las reformas en los hospitales, que han convertido habitaciones para cuatro o seis enfermos en individuales o dobles y a los nuevos tratamientos que evitan la hospitalización', afirma el presidente de la FADSP.
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