Cuatrocientos policías palestinos se rebelan contra las purgas ordenadas por Arafat

Más de cuatrocientos policías palestinos, miembros de la Seguridad Preventiva de Cisjordania, se han rebelado públicamente contra las purgas políticas efectuadas por Yasir Arafat en la dirección de las fuerzas de seguridad y han anunciado que no acatarán las órdenes de los nuevos mandos. La revuelta policial amenaza con desestabilizar aún más el régimen de Arafat, que se encuentra acosado desde hace semanas por una creciente contestación interior y por la presión internacional encabezada por EE UU, que reclama un cambio en la cúpula dirigente palestina.

La destitución, disfrazada de dimisión, del coronel Yibril Rayub, de 49 años, responsable de la Seguridad Preventiva en Cisjordania, ha provocado la indignación de los jefes y cuadros medios de esta fuerza policial, que anunciaban ayer su decisión de no acatar las órdenes del nuevo responsable, Zuhair Manasra, de 59 años, ex gobernador de la provincia de Yenin, que se hizo ayer cargo del puesto.

La rebelión de los mandos policiales, en su mayoría amigos y simpatizantes de Rayub, es un acto sin precedentes en las fuerzas de seguridad palestina, constituida por más de 30.000 hombres y que constituye uno de los más firmes puntales del poder de Arafat. La protesta de estos cuadros podría extenderse al resto de la Seguridad Preventiva de Cisjordania, un cuerpo constituido por unos 4.000 hombres y considerado como uno de los más fuertes, cohesionados y profesionales de los territorios autónomos.

La 'sublevación silenciosa' de estas fuerzas empezó a fraguarse hace una semana, cuando oficiosamente se conocieron las primeras noticias del relevo del coronel Rayub -uno de los hombres más corruptos, poderosos e intrigantes de la policía palestina-, que en las últimas semanas había protagonizado una lucha a muerte con otro coronel, Mohamed Dahlan, responsable de la Seguridad Preventiva de Gaza, por el control unificado de la policia palestina.

El cese de Rayub, fue decidido por el nuevo ministro del Interior, el general mayor Abdel Razel al Yahie, y ratificado posteriormente por el propio presidente Arafat con la excusa del programa de reformas democráticas que era preciso introducir en los cuerpos policiales de acuerdo con las exigencias planteadas por Estados Unidos y, muy especialmente, por la CIA.

Con esta destitución, Arafat se ha deshecho además de un rival peligroso que pugnaba por sustituirle en la cúpula de la Autoridad Palestina, contando para ello con el supuesto apoyo de la Unión Europea, EE UU y especialmente Israel, a cuyo Gobierno efectuó importantes servicios.

Hace apenas dos meses, el coronel Rayub entregó al Ejército israelí a un grupo de fundamentalistas de Hamás que se habían encerrado en su cuartel general de Betunia con la excusa de salvar la vida de sus hombres, que estaban rodeados y asediados por tropas israelíes. El nuevo hombre fuerte de la policía palestina en Cisjordania es desde ayer Zuhair Manasra, de 59 años, miembro destacado de la vieja guardia y dirigente influyente del partido gubernamental Al Fatah. Manasra vivió con Arafat el exilio de Túnez, del que regresó con la firma de los acuerdos de Oslo. Es un político dócil que ha jurado lealtad a Arafat y a su nuevo ministro del Interior.