El Ejército israelí mata a tiros a una niña palestina y a su madre en el sur de Gaza
Miles de palestinos exigen venganza por los últimos 'asesinatos selectivos' de Israel
Tres palestinos han muerto en la franja de Gaza, entre ellos una mujer y su hija de dos años por disparos del Ejército israelí un día después de que miles de refugiados en la capital pidieran venganza contra Israel por el asesinato de dos miembros de las Brigadas de Al Aqsa.
La madre, Randa Hindi, de 44 años, y la niña, Noor, de dos, han perdido la vida esta noche anoche cuando un tanque disparó contra un taxi en el que viajaban y que circulaba cerca del asentamiento judío de Netzarim, según ha informado esta mañana el doctor Ahmed Rabeh, portavoz del hospital de Al Aqsa, en Deir Balah, donde fueron llevados los cuerpos. El conductor y otro pasajero del taxi resultaron ilesos.
Otro palestino de 44 años ha muerto esta mañana por disparos del Ejército en Gaza cuando caminaba en dirección a su casa por las afueras de la sureña ciudad de Khan Yunis. Las Fuerzas Armadas israelíes han asegurado que no tienen información de que se produjeran disparos en uno y otro caso.
Las muertes se producen al día siguiente del multitudinario entierro de dos activistas de las Brigadas de Al-Aksa, brazo armado del movimiento oficialista Al Fatah. Los activistas fallecieron en lo que Israel en lo que denomina "asesinato colectivo", esto es, la muerte, generalmente mediante el uso de helicópteros, de militantes de facciones armadas palestinas o personas "buscadas" por Israel.
Nuevos 'asesinatos selectivos
Miles de palestinos pidieron ayer venganza en la ciudad de Gaza contra Israel, con disparos al aire, por el asesinato del coronel Jihad Al Omarin, de 45 años, y su sobrino Wael al-Namara, de 33, muertos el jueves por la noche al estallar su coche alcanzado con un proyectil lanzado por un helicóptero Apache de fabricación estadounidense.
Observadores políticos consideran "crítica" la situación de la franja de Gaza, con la Autoridad Nacional Palestina (ANP) prácticamente desmantelada, el 80% de la población -la
mayoría de ellos refugiados- por debajo del índice de la pobreza y la fuerte presencia del Ejército de Israel, que mantiene bloqueado el territorio y realiza incursiones para demoler casas y arrestar palestinos.
La sólida implantación en Gaza del Movimiento de la Resistencia Islámica (Hamás), que contribuye mediante servicios sociales a aliviar la situación de la población palestina, hace temer un trasvase de la población hacia los grupos islámicos cuando el hambre arrecia, ante su decepción hacia la ANP y la política represiva de Israel.
Miles de refugiados se lanzaron el pasado lunes a la calle para pedir "pan y trabajo" en el momento en que el presidente Yasir Arafat está siendo presionado por EE UU e Israel para que abandone la presidencia palestina.
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