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CiU afirma que no habrá adelanto electoral aunque el PP les abandone

Pío Cabanillas prefiere que se agote la legislatura en Cataluña

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Nadie piensa en Cataluña en un adelanto electoral. Ante las constantes amenazas del Partido Popular (PP), los dirigentes de Convergència i Unió (CiU) pusieron ayer buena cara al mal tiempo y aseguraron que están dispuestos a asumir el peor escenario posible: quedar en minoría en el Parlament y tener que prorrogar los presupuestos. Un futuro poco probable a tenor de las palabras del portavoz del Gobierno central, Pío Cabanillas, quien ayer reiteró el compromiso del PP de asegurar la gobernabilidad en Cataluña.

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Todo parece indicar que el encontronazo político entre el PP y CiU no va a tener mayores consecuencias. De momento ha quedado en una escalada verbal y en la pérdida por parte de los nacionalistas de siete votaciones parlamentarias de un contenido más simbólico que trascendente. En lo sustancial, la alianza continúa firme. Ayer mismo, populares y convergentes se aliaron de nuevo en el Parlamento catalán para rechazar una propuesta socialista que pedía la retirada del decreto del desempleo, que motivó la huelga general y, paradójicamente, fue el desencadenante de la crisis entre PP y CiU.

A ninguno de los dos partidos les interesa una convocatoria anticipada de las autonómicas, previstas para otoño de 2003. Así lo señaló, en la noche del jueves, Jordi Pujol, el líder de CiU, en una entrevista emitida por TV-3: 'Dentro de un año se dará una situación mejor [para CiU]'. Los conservadores todavía no han designado a su candidato -se debaten entre su presidente regional,Alberto Fernández Díaz, y el ministro de Exteriores, Josep Piqué- y los convergentes se estrenarán con Artur Mas.

Con todo, parece que los nacionalistas han descubierto los beneficios de esta inestabilidad.Les conviene ganar tiempo de cara a las elecciones y a la vez, ante su electorado, distanciarse del Partido Popular. Entre tanto, no parece preocupar demasiado a sus dirigentes si CiU pierde más votaciones o debe prorrogar los presupuestos de este año. Así lo aseguró ayer el secretario general de la federación, Josep Antoni Duran Lleida, en declaraciones a Efe. 'Se puede aguantar perfectamente el resto de la legislatura. Prorrogar los presupuestos no sería un drama'. No obstante, Duran se mostró confiado en poder negociarlos con el PP. 'Por realismo, no contamos con nadie más porque ni Esquerra Republicana ni los socialistas nos harán el favor', agregó.

Las manifestaciones de uno y otro bando, al menos las de sus dirigentes, no podían ser ayer más conciliadoras. 'CiU no ha abierto ningún periodo de reflexión porque estamos donde estábamos: en la mesa del diálogo, ya sea para negociar la reforma del paro o para conseguir más autogobierno', manifestó Duran Lleida.

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Relaciones leales

El ministro portavoz, Pío Cabanillas, adoptó la misma actitud dialogante. Para el Partido Popular el objetivo en Cataluña es mantener la gobernabilidad porque hasta el momento las relaciones con CiU, dijo el ministro, han estado marcadas por la 'lealtad, la búsqueda de acuerdos y el entendimiento'. Y así debe continuar en el futuro a pesar de que no ha existido 'en temas trascendentes' reciprocidad por parte de los nacionalistas catalanes. Es por ello, añadió Cabanillas, que algunos comportamientos de CiU 'no pueden caer en saco roto'. De ahí la alianza coyuntural de los populares con la izquierda catalana para provocar la derrota de CiU en algunas votaciones.

En Cataluña, el presidente regional, Alberto Fernández Díaz, que lleva meses tratando de convencer a la dirección nacional para apretar más las tuercas a CiU, lejos de templar la situación, hurgó más en el conflicto. Fernández Díaz declaró que el PP está 'dispuesto a lo que sea' si los nacionalistas no cambian de actitud y se suman a las reformas impulsadas por José María Aznar. Además advirtió a Jordi Pujol de que 'no se puede gobernar en minoría'. Respecto a la negociación de los presupuestos, el dirigente catalán del PP la supeditó a la actitud que mantenga CiU tras las vacaciones parlamentarias. A pesar de la coyuntural crisis, tanto Pío Cabanillas como Jordi Pujol descartaron la celebración inmediata de una entrevista entre el presidente catalán y José María Aznar, prevista ya desde diciembre.

Una simple 'comedia'

Los partidos de izquierda en Cataluña -socialistas, Esquerra Republicana e Iniciativa-Verds- han asumido que no habrá un adelanto electoral -circunstancia que les beneficiaría- por mucho que CiU y PP anden últimamente a la greña. Sencillamente porque, según afirmó ayer el secretario general de los independentistas, Josep Lluís Carod, las desavenencias entre ambos partidos son 'simplemente comedia'. Carod descartó, por tanto, la ruptura de un 'matrimonio' que funciona desde hace siete años.

El portavoz socialista, Joaquim Nadal, dijo que en la 'escenificación de la discrepancia', a CiU y PP tal vez 'se les haya ido la mano', pero aseguró que la 'situación es insostenible' y que 'si de forma insensata se intenta alargar la legislatura, quien sufre y sale perjudicada de esta pelea política es Cataluña'. 'CiU ha perdido el norte y es hora de que los catalanes decidan', sentenció.

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