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Un tanque de Israel causa la muerte de varias personas al ametrallar un mercado en Yenín

El Ejército investiga un posible error de la dotación del blindado que mató a tres niños

¿Error o asesinato a sangre fría? Dos tanques israelíes dispararon ayer sobre una multitud que se encontraba comprando pan en un mercado de Yenín, lo que provocó la muerte de tres niños y de un adulto y heridas a 26 personas. Un portavoz del Ejército israelí aseguró que había sido un error de la dotación de los carros blindados, pero los palestinos contestaron que se trataba de un asesinato a sangre fría, cometido en represalia por el ataque a un asentamiento cercano, donde un terrorista había matado la noche anterior a cinco colonos, entre ellos a una madre y a tres de sus hijos.

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El barrio popular de Al Basabeen, en el centro de Yenín, al norte de la Cisjordania, se vio ayer por la mañana sumido en el pánico. La población había salido a la calle convencida de que se había levantado el toque de queda durante cuatro horas para que pudieran abastecerse de pan. Según algunas fuentes palestinas, el mensaje incluso se habría escuchado por altavoces. Pocos minutos más tarde, dos tanques irrumpieron en los alrededores en el mercado y dispararon sobre la multitud, provocando cuatro muertos -tres niños de entre 6 y 12 años- y 26 heridos.

La gente, presa del terror, trató de refugiarse en el interior de las casas y de las tiendas, mientras los tanques continuaban disparando en dirección del mercado y algunos comercios y tenderetes empezaban a arder. La indignación popular fue atajada con el restablecimiento inmediato y por la fuerza del toque de queda, lo que obligó a la gente a volver a sus domicilios. Sólo entonces las calles quedaron desiertas y los soldados permitieron a las ambulancias palestinas llegar hasta los muertos y heridos.

'Ha sido un error de la dotación del tanque', aseguraba ayer al mediodía un portavoz del Ejército, alegando que el blindado, que aparentemente no se había enterado del levantamiento del toque de queda, disparó sobre la multitud que se encontraba en la calle, cuando se sintió amenazado por las personas que corrían hacia el vehículo.

La versión del Ejército israelí fue contestada de inmediato por las autoridades de Yenín, que recalcaron que se trataba de un asesinato a sangre fría, en respuesta al atentado que un terrorista había provocado la noche anterior en el asentamiento cercano de Itamar (norte de Cisjordania), donde un terrorista, se había infiltrado en el enclave para dar muerte a una madre y a sus tres hijos y abatir luego a un responsable de seguridad del recinto.

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El incidente del mercado de Yenín no fue ayer un hecho aislado. Otros sucesos similares se registraron durante todo el día en Gaza y en Cisjordania. Horas antes en la misma ciudad de Yenín había encontrado la muerte otro menor, de 13 años y cinco miembros de su familia resultaron heridos, como consecuencia de la explosión de una carga de dinamita que las tropas israelíes habían colocado en una casa contigua a la suya. Los soldados habían advertido a todos los vecinos la prohibición de salir a la calle y la obligación de quedarse encerrados en sus casas.

En Cheik Ajline, al sur de la Banda de Gaza, un quinto niño, este de 8 años, murió también por los disparos que un tanque israelí efectuó sobre un grupo de casas.

La ofensiva militar fue secundada ayer por un grupo de colonos exaltados del asentamiento de Itamar, que tras haber participado en el entierro de las cinco víctimas de la noche anterior, irrumpieron con violencia en un pueblo palestino cercano, Haware. Los colonos quemaron dos vehículos, una casa y mataron a disparos a un muchacho de 22 años, que los miraba desde la puerta de su domicilio.

Por otra parte, alrededor de 400 palestinos con edades comprendidas entre los 15 los 50 años, vecinos de la aldea de Birkin, a unos 3 kilómetros de Yenín, fueron detenidos ayer por el Ejército israelí y conducidos a la base militar de Salem, según fuentes palestinas, informa la agencia France Presse.

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