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Un método con técnicas genéticas mejora la diagnosis de la meningitis

La investigación permite determinar antes el tratamiento adecuado

Un método diagnóstico de la meningitis bacteriana basado en técnicas genéticas se ha demostrado más sensible que las pruebas microbiológicas convencionales y sus resultados no se ven afectados por el tratamiento antibiótico recibido previamente por el paciente, como puede suceder con el sistema diagnóstico actual. La técnica ha sido ensayada por investigadores de la Unidad Docente de la Universidad Autónoma de Barcelona en el Hospital de Sant Pau, con la colaboración del Hospital de Sant Joan de Déu, del Parc Taulí de Sabadell y del Departamento de Sanidad de la Generalitat.

La meningitis aguda consiste en una inflamación de las meninges (membranas que rodean el cerebro), que puede ser provocada por varios tipos de bacterias o virus. Los principales agentes causantes de la enfermedad en nuestro entorno son el meningococo y el neumococo, y con menor frecuencia, el estreptococo beta hemolítico del grupo B, entre otros.

La identificación del agente causal es de suma importancia para determinar el tratamiento y el pronóstico del paciente, así como para decidir la aplicación de medidas de profilaxis. Sin embargo, los métodos convencionales de diagnóstico microbiológico de las meningitis bacterianas, como el cultivo, son poco sensibles, entre otros motivos porque la bacteria puede no ser viable si se ha iniciado tratamiento antibiótico antes de mandar la muestra de líquido cefalorraquídeo al laboratorio para su análisis.

En la investigación, coordinada por Núria Margall, se ha extraído el ADN bacteriano del líquido cefalorraquídeo y se ha amplificado (se obtiene un elevado número de copias del ácido nucleico) mediante la técnica conocida como 'reacción en cadena de la polimerasa' (PCR). A continuación, se identifica a qué microorganismo corresponde el ADN amplificado mediante sondas (secuencias cortas de ADN propias de cada bacteria) marcadas con fluoresceína, lo que permite reconocer el agente causante de la infección.

En el marco de la investigación, cuyos resultados publica la revista Journal of Clinical Microbiological & Infectious Diseases, se han recogido durante un año un total de 104 muestras de líquido cefalorraquídeo (que se obtiene por punción lumbar) de 97 pacientes de una edad media de 4,7 años.

En todos los casos se sospechaba que el agente infeccioso era bacteriano y las pruebas microbiológicas convencionales habían dado resultados negativos. El análisis de las muestras mediante la nueva técnica determinó que 15 pacientes del total tenían una meningitis de origen bacteriano: en ocho de ellos era causada por meningococo, en cinco por una enterobacteria, y en dos por neumococo. De los 15 pacientes que dieron positivo, nueve habían sido tratados previamente con antibióticos. El método utilizado por los investigadores permitió detectarlos, mientras que las técnicas de diagnóstico convencionales habían dado falsos negativos.

Según Núria Margall, en la investigación el uso de esta técnica incrementó en un 18% el diagnóstico etiológico de los pacientes con sospecha de meningitis bacteriana y, en particular, en un 25% el diagnóstico de las sospechas específicas de meningitis meningocócica.

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