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Las 'ciberfarmacias' burlan la prohibición de vender medicamentos por Internet

La OCU y los farmacéuticos advierten contra la compra ilegal de fármacos en la red

La compra de medicamentos sin que intervengan médicos y farmacéuticos es peligrosa para la salud y un delito en la UE. Pero un 25% de las ciberfarmacias estudiadas por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) incumple la legislación y vende medicinas sin más requisito que un nombre y una tarjeta de crédito. La adquisición de fármacos a través de la red es perjudicial, porque evita el control del médico y la supervisión del farmacéutico, recordaron ayer representantes de la OCU y la Asociación para la Promoción de la Asistencia Farmacéutica (Aproafa).

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La OCU investigó la posibilidad de comprar medicamentos por Internet durante octubre y noviembre de 2001. De las 41 páginas web visitadas, 14 negaron la venta porque sabían que no podía dispensar fármacos a países de la UE. Otras cinco sólo vendían dentro del país que albergaba la ciberfarmacia, y nueve pedían la receta médica antes de enviar el producto encargado. Pero el resto (10) vendían los productos sin más requisito que un nombre, un teléfono, una dirección de contacto y una tarjeta de crédito (véase gráfico), según constataron los expertos de la OCU.

Las direcciones que suministraban los productos estaban en EE UU, Fiyi, Nueva Zelanda y Tailandia. En algunos casos, el almacén que remitía el producto no estaba en el país al que se hacía la solicitud. Se dio el caso de que una vez se recibió un producto de otro país de la Unión Europea (Reino Unido), pese a que la prohibición de la venta por Internet es compartida por toda la UE.

Los investigadores, dirigidos por la experta de la OCU Mónica Cavagna, se centraron en 16 presentaciones de 13 sustancias. Se trata de productos que son ilegales, de los que es difícil conseguir una receta en España o, simplemente, 'que da vergüenza pedirlos', o que se quieren usar para fines que no son los autorizados, según indicaron los responsables del estudio.

Los miembros del equipo consiguieron comprar sin problemas medicamentos nuevos como los compuestos con sibutramina, un adelgazante que en España se vende con muchas limitaciones por sus efectos secundarios bajo el nombre de Reductil, y que en Italia se ha prohibido por su posible relación con cuatro muertes. También se encargaron antidepresivos como el Zoloft (Besitrán en España) o la fluoxetina (el principio activo del Prozac y el Deproxim). En la lista se incluyeron anabolizantes y suplementos nutricionales. El producto estrella de las compras por Internet es la Viagra, según indicó Cavagna.

En la mayoría de las páginas visitadas se da una 'información muy incompleta' del producto que está a la venta, según la OCU. Muchas veces se elimina la descripción de sus efectos adversos o directamente se miente y se atribuye a los productos propiedades o autorizaciones como la de la Agencia de los Alimentos y los Medicamentos (FDA) de EE UU, de la que carecen.

La especialista de la OCU calcula que los aduaneros interceptan sólo un 20% de los envíos. Los vendedores utilizan distintos trucos para camuflar los productos. En algunos casos los medicamentos llegaron en paquetes que indicaban que se trataba de un juguete para niños (Lego), ratones de ordenador o cajas de maquillaje. Otras veces iban envueltos en papel de periódico y carbón de copia (se supone que para evitar controles por rayos X). En sólo 10 casos se adjuntaba el prospecto, aunque nunca estaba en español. Algunos paquetes contenían el blíster (el envasado de plástico) de las píldoras o comprimidos, pero no se enviaba la caja ni el folleto con las indicaciones.

Con este sistema de compra se impide la supervisión del médico y el consejo del farmacéutico en la medicación, indican en Aproafa. Tampoco se puede controlar la dosis que el paciente toma, ni la posible interacción con otros tratamientos que esté siguiendo. Además, no hay posibilidad de reclamar si el pedido recibido no se ajusta a lo que se compra o llega en mal estado.

Una característica general de los productos comprados es su alto precio, según indicó el director general de la OCU, José María Múgica. En algunos casos el coste del medicamento comprado en Internet es hasta cinco veces superior al equivalente de venta en las farmacias.

Múgica aclaró que el trabajo no iba dirigido a impedir el comercio por Internet, sino a asegurar que éste reúne las condiciones de seguridad y calidad necesarias, sobre todo en un producto tan importante como los medicamentos. La OCU ha notificado a las autoridades las direcciones que infringían la norma y permitían la venta de medicamentos sin control. Este mercado 'crece exponencialmente', según reconoció Cavagna. Ante la dificultad de impedir las ventas electrónicas, los representantes de la organización de consumidores y Aproafa coincidieron en la importancia de informar a los compradores. 'Están jugando con su salud', insistieron.

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