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Gaddafi indemnizará a las víctimas del 'caso Lockerbie', pero niega la responsabilidad libia

El régimen de Trípoli acoge un foro euromediterráneo en un nuevo signo de apertura

Juan Carlos Sanz

El régimen libio del coronel Muammar el Gaddafi parece dispuesto a pagar 2.700 millones de dólares (2.940 millones de euros), una de las mayores indemnizaciones de la historia, para compensar a los familiares del atentado aéreo que se cobró 270 muertes en 1988 en Lockerbie (Escocia). Pero se niega a hacerlo abiertamente. Su ministro de Exteriores, Abderramán Mohamed Shalgam aseguró ayer que el arreglo había sido ofrecido por una ONG a los abogados de las víctimas y excluyó al Estado libio de responsabilidad penal.

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Tanto Naciones Unidas como Estados Unidos exigen como condición previa que Gaddafi reconozca su implicación en el atentado de Lockerbie antes de que sean levantadas definitivamente las sanciones internacionales que pesan todavía sobre Libia.

Con el paseo marítimo de Trípoli engalanado con banderas de cinco países europeos, incluido España, y de otros tantos Estados magrebíes, Libia da un nuevo paso de apertura al mundo al organizar el Foro de Diálogo 5+5, que reúne a ministros de Asuntos Exteriores de ambas orillas del Mediterráneo occidental. Desde la suspensión en marzo de 1999 de la aplicación de las sanciones de la ONU, ésta es la primera vez que se dan cita en Trípoli tantos diplomáticos occidentales al mismo tiempo.

La entrega en aquella fecha de los dos sospechosos del atentado de Lockerbie y su posterior juicio en la base militar de Camp Zheist, en Holanda, por jueces escoceses, se saldó con la condena a perpetuidad del agente del espionaje libio Abdelbasit el Megrahi, cuya sentencia es firme desde el pasado 14 de marzo. 'El veredicto de Camp Zheist condenó a un ciudadano libio. No a un funcionario libio, como se llegó a decir por algunos', afirmó ayer el ministro de Exteriores en Trípoli. 'Así que Libia no es responsable ni tiene por qué indemnizar a nadie. Si una organización no gubernamental o de caridad quiere ayudar a las víctimas, se trata de otra cuestión', puntualizó Shalgam. 'La responsabilidad de Libia terminó cuando los ciudadanos libios sospechosos llegaron a Camp Zheist. Eso es todo'.

Un comunicado de su departamento, llamado oficialmente Comité Popular de Enlace Exterior y Cooperación Internacional, precisaba poco antes que 'las declaraciones publicadas en la prensa sobre la aprobación de un plan de compensaciones para las familias de las víctimas de Lockerbie no guardan relación alguna con el Estado libio'. En el mismo documento, se menciona a 'hombres de negocios libios que, en colaboración con un grupo de juristas, han mantenido reuniones con los abogados de las víctimas sin informar oficialmente . Las declaraciones publicadas corresponden, en cualquier caso, a la ONG que se ha ocupado de la defensa de Abdelbasit el Megrahi'.

Un responsable diplomático europeo en Trípoli restaba ayer importancia a la literalidad del comunicado: 'Ahora la pelota está en el alero de Estados Unidos, que tendrá que hacer frente a la presión de las familias , para cobrar 10 millones de dólares por cada una de las víctimas'. El acuerdo de indemnizaciones anunciado el martes en EE UU prevé que el cobro de las compensaciones se hará en tres plazos: un 40% cuando la ONU levante las sanciones a Libia, otro 40%, cuando también lo haga Estados Unidos, y el 20% restante cuando Libia deje de figurar en la lista de países que, según el Gobierno de Washington, apoyan al terrorismo.

Apoyo al terrorismo

Hace apenas una semana, el Departamento de Estado volvió a incluir a Libia en su informe anual sobre terrorismo global, el primero publicado tras el 11-S. En la relación de Estados que apoyan el terrorismo figuran Irak, Corea del Norte, Irán, Siria y Cuba, junto con Sudán y Libia, si bien los dos últimos, según reconoce EE UU, parecen hacer esfuerzos para salir de la lista negra.

La misma fuente diplomática citada predice que Gaddafi acabará reconociendo de algún modo su responsabilidad, como ya hizo ante el Reino Unido en 1999 para poder reabrir su Embajada en Londres, cerrada a raíz de la muerte de una agente de policía británica por disparos realizados desde el interior de la sede diplomática.

Uno de los abogados de las víctimas de Lockerbie, Charles Kriendler, aseguraba en declaraciones recogidas ayer por la BBC, que 'Libia aceptará probablemente su responsabilidad en un plazo de dos semanas'. En la misma línea, The New York Times informaba en su edición electrónica de ayer de que los gobiernos de EE UU, el Reino Unido y Libia están negociando el texto de una declaración de responsabilidad, que puede ser difundida en una reunión prevista en Londres el mes que viene. Un portavoz de la Casa Blanca insistió en que el anuncio de las indemnizaciones es 'un paso necesario, pero no suficiente'.

Seguridad e inmigración

'Libia ya hace tiempo que ha dado muestras de haber dejado de apoyar al terrorismo internacional', aseguraba en Trípoli Carlos Fernández-Arias, responsable para África del Norte dentro del Ministerio de Asuntos Exteriores español, antes de la inauguración de la conferencia de ministros de Exteriores del Mediterráneo occidental. Muammar el Gaddafi se declaró 'horrorizado' por los ataques contras las Torres Gemelas y el Pentágono, y fue también de los primeros en calificar como actos de 'autodefensa' las represalias militares contra Al Qaeda, cuya red islamista se infiltra hasta un sector de la oposición libia en el exilio. Pero a pesar de que los debates de Trípoli han girado inevitablemente en torno a la seguridad y la estabilidad en la región tras el 11 de septiembre, el Foro de Diálogo 5+5 ha abierto también sus sesiones a la cooperación Norte-Sur y a la inmigración. España confía en que su propuesta de creación de un Banco de Desarrollo Euromediterráneo, que pareció quedar arrinconada en la cumbre europea de Barcelona, reciba un nuevo impulso en Libia después de que los Quince asumieran en la conferencia de Valencia el compromiso de financiar el desarrollo de la otra orilla del Mediterráneo. Europa quiere vincular sus planes de ayuda a la creación de un mercado único magrebí, que exige la revitalización de la Unión del Magreb Árabe. Francia, que acogerá la reunión 5+5 en 2003, y Túnez, impulsan también la apertura de un diálogo entre ambas orillas sobre el fenómeno de los flujos migratorios. 'La reunión de Trípoli tiene aspectos económicos, culturales y también sociales, que se enmarcan dentro del Proceso de Barcelona', asegura el ministro de Exteriores libio. 'Pero en la conferencia de Valencia, el conflicto entre israelíes y palestinos ocupó la mayor parte de nuestro tiempo. Ahora tenemos la oportunidad de reactivar el diálogo político y analizar los problemas del Mediterráneo Occidental', explica Shalgam. 'El carácter de foro informal es el que le da especial importancia a esta reunión', aclara Fernández Arias, 'pues los ministros se atreven a hablar abiertamente de cuestiones que no tendrían cabida en una reunión más rígida'. Del lado europeo se sientan Francia, Italia, Portugal, España y Malta (como país asociado a la UE y candidato a la adhesión), junto a los países del Magreb: Libia, Túnez, Argelia, Marruecos y Mauritania. El diálogo 5+5 se inicio en Argel hace en 1991, aunque quedó interrumpido durante 10 años, hasta la reunión de Lisboa del año pasado.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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