'El Gobierno de Duhalde es un gran defraudador'
En la Argentina en que los políticos son vistos por buena parte de los ciudadanos como la encarnación de todos los males, 75 personalidades de renombre internacional han salido en defensa de uno de los símbolos de la dirigencia de la última década. Padójicamente, es el único político de relieve que está preso. Académicos, economistas (cinco premios Nobel) y líderes de todo el mundo han reclamado a través de un anuncio pagado en The New York Times la integridad personal de Domingo Felipe Cavallo, puesta en duda por un juez que el pasado 4 de abril ordenó su detención por el delito de contrabando agravado. Los firmantes recuerdan que todos los funcionarios argentinos que fueron directamente implicados en la venta ilegal de armas, incluido el ex presidente Carlos Menem, están libres y que Cavallo fue exonerado después de declarar ante los jueces. 'Actualmente, sin nuevas evidencias, está en la cárcel', señala el documento.
Desde su lugar de detención, Cavallo explica que recibió 'con mucha alegría la noticia de que personalidades del exterior se habían manifestado a favor de la imparcialidad y la justicia en la evaluación de mi caso y que esas personalidades son nada menos que los premios Nobel de Economía Paul Samuelson, Robert Lucas, Robert Mundell, Robert Solow y Franco Modigliani, y personas como Paul Volcker , Susana Agnelli o Martín Feldstein '.
Cavallo, de 55 años, acabó con la hiperinflación en Argentina, durante años recorrió América Latina y parte del mundo explicando su receta mágica y fue convocado a la desesperada por el ex presidente Fernando de la Rúa para salvar una situación que era prácticamente insalvable. Hoy los días del ex ministro transcurren entre largas sesiones de gimnasia, paseos por los parques de la inmensa guarnición de Campo de Mayo, varias horas escribiendo en el ordenador y numerosas visitas de amigos y políticos afines. En este mismo acuartelamiento, que albergó un siniestro centro de tortura durante la dictadura y del que salieron los militares carapintada que trataron de volver a las andadas en la Semana Santa de 1987, estuvieron detenidos varios de los acusados por el contrabando de armas a Croacia y Ecuador, como Erman González, ex ministro de Defensa, Emir Yoma, ex cuñado de Menem, y el general Martín Balza, ex jefe del Ejército. Todos están libres.
Cavallo se considera el chivo expiatorio, puesto por el Gobierno de Eduardo Duhalde para saciar la sed de políticos de una ciudadanía engañada y estafada por sus dirigentes. El ex ministro se siente víctima de una maniobra del actual jefe de los servicios secretos (SIDE), Carlos Soria, que está bajo sospecha de haber fraguado con jueces adictos la detención de Cavallo. El detenido ha perdido la cuenta de las causas que tiene pendientes porque, según dice, los jueces inventan cada día una nueva. 'Tenemos una justicia muy creativa', ironiza. Abundan las acusaciones y escasean las pruebas contra el ex ministro. El juez Claudio Bonadío le abrió en el pasado una causa por enriquecimiento ilícito, y Cavallo recusó al magistrado. En julio del año pasado, la diputada Elisa Carrió presentó un informe sobre lavado de dinero que salpicaba a numerosos políticos, Cavallo entre ellos. 'Los documentos que presentó para acusarme de tener cuentas en el exterior eran falsos', responde, y asegura haber descubierto al falsificador, un supuesto coronel de la ONU.
La defensa de Cavallo presentó el caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). La historia se repite ahora. De nuevo el organismo de la Organización de Estados Americanos (OEA) tiene en sus manos un recurso del ex ministro. Luis Moreno Ocampo, que actuó como fiscal en el juicio a las juntas militares de la última dictadura, es el abogado de Cavallo en la esfera internacional.
El ex ministro sabe que cuando recupere la libertad no podrá pasear tranquilamente por la calle. Mucha gente le responsabiliza de la desesperada situación económica. Es cierto que inició las restricciones bancarias de los ahorradores, pero lo que vino después, con los presidentes peronistas Adolfo Rodríguez Saá y Eduardo Duhalde, 'fue mucho peor', con la suspensión de pagos de la deuda y la devaluación que puso fin a la convertibilidad. 'El actual Gobierno es un gran defraudador frente a los argentinos y frente al mundo. Es el Gobierno de los peores. Los peores del peronismo, los peores del radicalismo y los peores de sindicalismo'. Cavallo sostiene que el gran mecanismo de lo que llama defraudación es la pesificación, que ha violado numerosos contratos firmados en dólares.
Cavallo describe así lo ocurrido en Argentina desde su salida del Gobierno, el 20 de diciembre: 'Los deudores -el Estado, las provincias y las grandes empresas argentinas- decidieron la suspensión de pagos, perjudicando a los acreedores'. La versión oficial, subraya, señala que los castigados son los tenedores de bonos en el exterior. 'Falso. Los verdaderos castigados son la mayoría de los argentinos, que han sido los más estafados. Los beneficiados han sido las empresas endeudadas, los gobernadores y el Estado nacional'. Dice sentir 'una angustia tremenda y una bronca muy grande, como sienten muchos argentinos', y confía que a medio plazo 'Argentina se sacará de encima este Gobierno, construirá nuevos liderazgos y saldrá adelante'. Pero mientras, atraviesa 'la peor crisis de la historia'.
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