15 expertos debaten desde hoy en Madrid sobre los nuevos conflictos culturales

El mundo está globalizado, como se puede ver en el dramático gráfico de las migraciones. El comercio injusto marca las relaciones de poder y el desarrollo social: los aranceles que Occidente impone al Tercer Mundo determinan la miseria de millones de personas. Lo cuenta el reciente informe Intermon / Oxfam. ¿Quién lo conoce? Apenas algunos expertos como los 15 especialistas en conflictos interculturales, semiótica y comunicación que analizarán dilemas como estos desde hoy hasta el jueves en las universidades Rey Juan Carlos y Complutense de Madrid.

Estudios tan reflexivos y críticos como el informe Intermon / Oxfam apenas llegan a la prensa (anclada en una actualidad política de corto aliento), y la opinión pública permanece sometida a un bombardeo de informaciones emocionales, desarticuladas, que producen, como es lógico, miedo. Muchas imágenes terribles, poca comprensión y poco sentido crítico. Más miedo. Pero, ¿por qué? Quienes escriben esos textos no suelen publicitarlos con medios modernos y atractivos, por ejemplo iconos, gráficos y mapas que los hagan más accesibles. Y, entretanto, las distintas escuelas de pensamiento no llegan unas a otras. En la era de la información, la tecnología y el mestizaje, nadie comprende su mundo. Pero la opinión demanda información, reflexión, respuestas...

Dudas y certezas

Una de las coordinadoras, la profesora de la Facultad de Ciencias de la Información Cristina Peñamarín, explica que el seminario Comunicación y conflicto intercultural. Fronteras y traducciones surge de algunas certezas vitales y muchas dudas académicas en torno a los estudios y conflictos interculturales. 'Esta sociedad conexionista crea fronteras sin parar. La globalización produce, como reacción al desenraizamiento, potentes identidades locales, y hacer identidad es hacer fronteras. El conflicto cultural está en la calle, en la vida cotidiana. Pero las academias, los centros de pensamiento, permanecen cerrados en sí mismos, encastillados. No sólo no nos traducimos, sino que a menudo rehuimos la polémica y demonizamos a las escuelas vecinas. Y no llegamos a los grandes medios de comunicación. Entre otras cosas, porque sacralizamos el texto escrito y desconfiamos de la imagen y la televisión'.

Las ponencias que se podrán oír en estas jornadas insisten en esta idea (auto) crítica sobre el pensamiento actual. Peñamarín, Carmen Caffarel (Universidad Rey Juan Carlos), Walter Mignolo (North Carolina) y Aníbal Ford (Buenos Aires) abren el fuego hoy hablando sobre la dispersión de los estudios sobre significación y cultura; en días sucesivos, Madina Tlostanova (Moscú) tratará de la visión semiótica 'desde la frontera'; Norma Alarcón (Berkeley) definirá 'los sujetos fronterizos'; la boloñesa Cristina Demaria analizará la politización de los Cultural studies. Peñamarín cree que es hora de que hablen los especialistas en un momento en que 'los medios banalizan las relaciones internacionales y forman una barrera para el conocimiento imaginativo y crítico. Sólo están interesados en las consignas para las hordas'.

-¿Censura?

-No creo que sea tanto culpa de una censura intencionada (que a veces puede influir en no publicar a ciertos autores, como Chomsky, tan tajantes que pueden llegar a comprometer políticamente), sino de una falta de iniciativas creativas, que sufren tanto los medios dominantes como los críticos. Si Castells, por ejemplo, escribe un artículo estupendo, que nos ubica en lo global, a nadie se le ocurre poner ese artículo en gráficos, hacer mapas icónicos, tablas, información visual y accesible. Las cuestiones globales no se comunican bien en los grandes medios.

-¿Qué sección debería publicar eso?

-Según la rutina actual, según están las secciones ahora, eso no cabe en ningún sitio. La organización de los medios no prevé la dimensión global de los problemas. Hace falta romper ciertas barreras de los flujos de información. Salir de los efectos emocionales, del corto alcance que suscitan las imágenes de pateras. El informe Intermon demuestra que los aranceles que imponen los países ricos a los pobres les hacen perder a éstos el doble de dinero que reciben como ayuda al desarrollo. Nadie cuestiona seriamente esa política. Paradójicamente, cada vez hay más barreras y bloqueos informativos.

-¿Cómo influye el esquema derecha/izquierda?

-Es paralizador. Sartori dice que la inmigración musulmana siempre va a crear problemas. La izquierda tiene miedo de afrontar esa dificultad, que es real, porque le da miedo abrir viejos racismos. Y no sabe qué hacer ni con el islam ni con los gitanos. Sólo grita: ¡Que viene el fascismo! En eso también hay que romper barreras, que no todo el saber se quede entre los antropólogos o los arabistas. Hay que entrar en las minucias de cada cultura. Es un problema de todos, y no cabe retraerse, ni demonizar, ni esencializar.