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El aborto y los fondos dificultan el acuerdo en la cumbre de la infancia

EE UU apoya la abstinencia sexual para evitar el sida

Parecía que si en algo podían entenderse las naciones era en promocionar el bienestar de los niños. Pues no. La primera Asamblea General de la ONU dedicada a la infancia vio ayer cómo las diferencias culturales sobre comportamientos sexuales, las disensiones políticas y los problemas de dinero empañaban los tres días de debate a la hora de lograr el consenso sobre los grandes objetivos de la organización en este campo.

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Como resumió el ministro británico de Economía, Gordon Brown: 'Los niños son el 40% de la población pero el 100% de nuestro futuro'. Los más de 180 países asistentes reconocieron los errores del pasado (que mantienen a uno de cada cuatro niños con menos de un euro al día) y hablaron de las promesas del futuro (erradicar la polio, combatir la explotación laboral, la pornografía infantil o las guerras). Los problemas llegaron con los detalles.

Las delegaciones estuvieron negociando toda la noche del viernes, buscando un lenguaje común para la declaración final, Un mundo adecuado para los niños, que recoge los grandes objetivos de la ONU para los próximos 10 años. Los escollos eran esencialmente tres: referencias a la salud reproductiva (planificación familiar y aborto), educación sexual y prohibición de la pena de muerte para menores.

EE UU quiso incluir la abstinencia como método más seguro para evitar las enfermedades sexualmente transmisibles, y, con el apoyo del Vaticano y los países árabes, evitar cualquier referencia a la planificación familiar que pudiera incluir la posibilidad del aborto.

Europa, Latinoamérica, Asia y África se opusieron a una visión tan restrictiva tratando de encontrar una fórmula que dejara todas las opciones abiertas. Al cierre de esta edición, no habían llegado a un consenso. 'Estamos completamente bloqueados', llegó a confesar la ministra de Desarrollo holandesa, Eveline Herfkens: 'Sólo por uno o dos gobiernos se quiere renegociar lo que ya habíamos acordado en conferencias anteriores'.

La Unión Europea, por su parte, insistía también en incluir la prohibición de la pena de muerte para menores, algo que se practica en 23 de los 50 estados norteamericanos (desde 1985, un total de 18 menores de edad han sido ejecutados, la mitad de ellos en Tejas, donde el presidente George Bush era gobernador). Washington se negó en rotundo.

EE UU consiguió que se adoptara un lenguaje muy vago sobre la Convención de los Derechos del Niño, un tratado, que es el único, con Somalia, en no haber firmado, porque en su opinión no respeta bastante los derechos de los padres, además de su natural reticencia hacia los tratados internacionales.

Un borrador de resolución presentado por 22 países quiso denunciar la falta 'de derechos humanos básicos' y los daños psicológicos que sufren los niños palestinos bajo la ocupación israelí, una idea que enfureció a Israel y EE UU.

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