España, Italia, Grecia, Portugal, Chipre y Canadá están dispuestos a acoger palestinos

El Gobierno español contaba ayer con la disposición de Italia, Grecia, Portugal, Chipre y Canadá de acoger a algunos de los 13 palestinos deportados desde Belén y que Israel considera peligrosos terroristas. España reiteró ayer que está dispuesta a acoger a alguno de ellos si la Unión Europea avala esa decisión en el Consejo de Asuntos Generales convocado en Bruselas para el lunes, aunque no da por seguro que lo haga. El ministro de Exteriores israelí, Simón Peres, no descartó ayer que su país pida la extradición de los 13 palestinos.

La lista de países dispuestos a acoger refugiados que ayer tenían las autoridades españolas seguía estando integrada por Italia, Grecia, Chipre -donde podría quedarse algún palestino de modo definitivo- y Canadá, que, según fuentes diplomáticas, está disponible a pesar del desmentido parcial que hizo el Ministerio de Exteriores canadiense. Portugal se sumó ayer a esta relación, mientras que Luxemburgo y Austria desmintieron las noticias de la víspera que los daban como candidatos seguros.

Además de aclarar el reparto, el Consejo de la UE, según precisó el vicepresidente primero del Gobierno y ministro del Interior, Mariano Rajoy, debería dar un respaldo político a la operación y debatir la cobertura jurídica de la actuación que los gobiernos anfitriones habrán de desarrollar para garantizar el control de sus huéspedes, que no tienen cuentas judiciales pendientes en los países de acogida. Israel exige, sin embargo, que no puedan volver inmediatamente a territorio palestino.

El propio Rajoy se mostró además partidario de que los palestinos expatriados sean puestos en los respectivos países de acogida a cargo de organizaciones no gubernamentales, que cuiden de su mantenimiento y les faciliten el acceso a los estudios que la Autoridad Nacional Palestina pide para ellos. La Cruz Roja Internacional parece la candidata más firme en ese sentido.

Por otra parte, Israel se reserva la posibilidad de pedir la extradición de los 13 palestinos deportados a Chipre al término del asedio de la basílica de Belén, que serán acogidos dentro de unos días por diversos países europeos. 'Decidiremos en el futuro si ejercitar o no este derecho', declaró ayer en Roma el ministro de Exteriores israelí, Simón Peres, tras entrevistarse con el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi. La hipótesis adelantada por Peres pone de relieve el delicado problema jurídico y legal que plantea la acogida de los 13 palestinos acusados por Israel de ser peligrosos terroristas.

Eso explica la incertidumbre que pesa todavía sobre su destino final. El propio Berlusconi dejó claro que no existe 'la certeza' de que Italia acoja 'en estas circunstancias' a alguno de los palestinos.

Ambigüedad del acuerdo

La complejidad del acuerdo internacional que ha permitido poner fin al asedio de la basílica de la Natividad de Belén fue reconocida por Peres, en una conferencia de prensa en solitario. De ahí 'la ambigüedad' del mismo. Pero nada tan complejo como definir la situación jurídica de estos 13 milicianos, que ayer desembarcaron en Chipre, primera etapa de su exilio forzado. Al no haber sido condenados, existe la duda de si deberían quedar libres una vez en los países de acogida o permanecer encerrados, como ocurrió en el caso del líder kurdo Ocalan, cuando llegó a Italia en 1999. El ministro italiano de Justicia, Roberto Castelli, dijo ayer que el tema será decidido por los magistrados. Pero algunos líderes del centro-izquierda se declararon partidarios de que decida la UE la modalidad de acogida.

'Estamos todos dispuestos a echar una mano', señaló Berlusconi, 'para hallar una solución posible que no nos penalice con una responsabilidad demasiado gravosa. Veremos lo que podemos hacer el lunes en Luxemburgo'. Lo único que está claro es que Italia se esforzaba ayer por obtener la carga más liviana posible sin dejar por ello de rentabilizar al máximo el protagonismo que ha logrado ya, no siempre positivo, en la crisis de Oriente Próximo. Ayer, los medios de comunicación coincidieron en resaltar unas declaraciones del primer ministro israelí, Ariel Sharon, a la revista Panorama, editada por el grupo Mondadori, que forma parte del imperio mediático de Il Cavaliere, en las que calificaba de 'extraordinarias' sus relaciones personales con Berlusconi y se mostraba partidario de que Italia sea la sede de la próxima conferencia de paz de Oriente Próximo. 'Quizás en Rímini', añadía el dirigente hebreo.

Pero antes habrá que resolver el contencioso de los militantes de la brigadas Al Aqsa y de Hamás. Berlusconi avanzó incluso la hipótesis de que Chipre pudiera aceptarlos por un periodo indefinido, y en todo caso, abogó de manera imprecisa por una solución 'juiciosa'. Todo apunta a que Roma podría acoger a un par de palestinos.

Simón Peres no quiso pronunciarse tampoco sobre los problemas que puede plantear la acogida en Europa de los palestinos. 'Será cosa de cada país ocuparse de ellos. Suponemos que se hará lo necesario para que no creen problemas', agregó.