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Alfonso Rojo ajusta cuentas con el terrorismo en 'Matar para vivir'

En la última novela del periodista nadie perdona ni olvida

Amelia Castilla

El periodista Alfonso Rojo (Ponferrada, 1951) ha asistido como corresponsal de guerra a la ejecución de muchas personas. En muchos casos se trataba de víctimas civiles, gente inocente, que fue asesinada por nada. 'Los malos duermen tranquilos. He visto cómo celebraban por todo lo alto los crímenes más horribles en Nicaragua, Palestina, Bosnia, Serbia o Afganistán', asegura. Matar para vivir (Plaza y Janes), su nueva novela, es su particular ajuste de cuentas con el periodismo y con el terrorismo etarra. La idea de Rojo es que el periodismo actual es excesivamente 'consensual'. 'Muy pocos se atreven a disentir o a decir lo que realmente piensan ante un problema como el terrorismo etarra. Incluso muchos familiares de las víctimas hablan de perdón', cuenta.

En su novela nadie perdona ni olvida. Matar para vivir narra la historia de un policía que mata a sangre fría a un etarra a la salida de un estadio de fútbol. El hecho es filmado por una cámara de televisión y el agente es expulsado del cuerpo. Años después el policía es contratado para vengar el asesinato de una familia en un atentado terrorista. 'Bajo el fuego y en los momentos de peligro había demostrado ser frío como el témpano, pero consideraba positiva una buena carga de odio hacia los tipos que perseguía. Conocía de primera mano el efecto de los atentados, las lágrimas de las viudas y la desolación de los mutilados. Las deudas de sangre se pagaban con sangre', escribe el periodista en su novela.

En los dos últimos años, Rojo ha viajado como periodista en numerosas ocasiones al País Vasco. 'Doy muchos datos exactos para que parezca todo verdad', asegura. Álvaro Porta, el protagonista de la novela, es un hombre culto y brutal al que acaban traicionando su ambición y sus sentimientos.

Rojo, que escribe buena parte de sus novelas en los hoteles donde se aloja como enviado especial, asegura que Matar para vivir no es su obra más documentada, aunque se ha entrevistado con un par de presos etarras, asistió al juicio contra la terrorista apodada La Tigresa y ha hablado con muchos policías dedicados a la lucha contra el terrorismo. 'No estoy a favor de la pena de muerte, pero creo que hay gente que la merece'.

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