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Los historiadores piden que se conserve la Barcelona del siglo XVIII

Solicitan que la Biblioteca Provincial se traslade a otro lugar

Un grupo de historiadores de diversas tendencias, encabezados por el catedrático Josep Fontana, máximo especialista de la Cataluña moderna y contemporánea, han hecho público un manifiesto para que se conserven in extenso los restos arqueológicos hallados bajo el antiguo mercado del Born de Barcelona cuando se procedía a edificar la Biblioteca Provincial. Los estudiosos piden que dicho equipamiento se ubique en otro lugar.

A los arqueólogos y museólogos, que se pronunciaron en los días pasados en el mismo sentido, se añade ahora un selecto grupo de historiadores, especialistas en historia moderna y contemporánea, a un debate ciudadano en el que también han intervenido arquitectos, urbanistas y bibliotecarios y que se vive con gran pasión en la capital catalana.

Los historiadores empiezan diciendo que de ningún modo puede achacarse el retraso de la Biblioteca Provincial -una infraestructura que paga el Ministerio de Educación y Cultura y que lleva 20 años de retraso- al hallazgo de los restos de la ciudad arrasada por Felipe V en 1714 y exigen a las administraciones implicadas -el propio ministerio, la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona- que sin dilaciones procedan a buscar un espacio alternativo.

Consideran que los restos hallados tienen 'un valor indiscutible' y que su estado de conservación es asimilable al yacimiento de Pompeya por el carácter de vida cotidiana interrumpida en un momento muy concreto. Piensan además que la elegante cubierta modernista del antiguo mercado, de 1878 y debida al arquitecto Fontseré, es ideal para crear un centro de investigación y pedagógico. El Ayuntamiento se ha expresado ya en el sentido de crear un centro de estudios que dependa del Museo de Historia de la Ciudad.

El manifiesto, que aparte de Fontana, firman también, entre otros, Borja de Riquer, Joaquim Albareda, Albert García Espuche, Àngel Duarte y Eva Serra, añade: 'No se puede olvidar la carga simbólica que esos restos contienen [la Diada de Cataluña, el 11 de septiembre, celebra la heroica defensa de la ciudad del consejero austracista Rafael de Casanova frente a las tropas borbónicas en 1714]. En la tarea de recuperar la memoria colectiva es obvio que nos hemos tropezado con un auténtico tesoro'.

En los días pasados arquitectos y urbanistas se han pronunciado sobre la inconveniencia de construir la biblioteca en el antiguo mercado. En un artículo publicado en el suplemento Cataluña de este diario [véase EL PAÍS del pasado miércoles], Oriol Bohigas se declaraba partidario de conservar los restos como conjunto y buscar para los libros un nuevo emplazamiento.

En la actualidad ha concluido ya toda la excavación de los 8.000 metros cuadrados de superficie del mercado. A finales de la semana que viene las administraciones esperan recibir los informes de los arqueólogos y del director del Museo de Historia de la Ciudad. Además han solicitado a los arquitectos Enric Sòria y Rafael de Cáceres, autores del proyecto de la biblioteca, si es compatible la conservación de los restos con la construcción del edificio.

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