El nuevo comité de ética del Gobierno reabre el debate sobre el uso de embriones
El órgano nombrado por Ciencia y Tecnología tiene una destacada representación católica
El órgano que asesoraba al Gobierno en materia de investigación con embriones humanos, la Comisión Nacional de Reproducción Asistida, se pronunció a favor del uso médico de los embriones congelados en las clínicas de fertilidad hace dos años. Pero el Gobierno creó la semana pasada un nuevo Comité Asesor de Ética que, entre otras cosas, deberá volver sobre esa cuestión. Tres de los cuatro biólogos del nuevo comité son católicos practicantes: un sacerdote jesuita, una experta próxima a los Legionarios de Cristo y el ex presidente del CSIC César Nombela.
Nombela será el presidente de este nuevo órgano asesor, creado en el seno de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (controlada por el Ministerio de Ciencia y Tecnología). El comité tiene 12 miembros: cuatro biólogos, un médico, tres físicos, un científico de la computación, el presidente de la patronal de la industria química, un jurista y una filósofa.
Nombela, ex presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), explicó ayer a este diario que la investigación con células madre derivadas de embriones humanos sobrantes de los tratamientos de fertilidad -cerca de 40.000 en España, la mayoría sin ninguna perspectiva de ser implantados- y la clonación terapéutica (destinada a obtener esas células para usos médicos) serán algunos de los primeros asuntos que tratará el comité.
Sobre la aparente duplicidad de funciones con la Comisión Nacional de Reproducción Asistida, Nombela dijo: 'La reproducción asistida es una cosa, y la ética de las ciencias es otra. No creo que haya duplicidad de funciones, ya que la investigación con embriones no es asunto de la Comisión Nacional de Reproducción Asistida'.
La investigación con embriones cuenta con el apoyo mayoritario de la comunidad científica internacional, y con la oposición de los sectores más conservadores, y muy en particular de la Iglesia católica, que considera que un óvulo fecundado es ya una vida humana. Para obtener células madre, los embriones deberían ser destruidos a la edad de dos semanas, antes de su implantación en un útero.
Nombela, que se declara católico, se ha pronunciado a menudo contra estas técnicas. Ayer afirmó: 'El embrión humano debe protegerse. Tengo una especial sensibilidad con la necesidad de proteger la vida humana'.
Una de las vocales es Mónica López Barahona, directora de Bioquímica de la Universidad Francisco de Vitoria, un centro privado vinculado a la orden ultraconservadora Legión de Cristo Rey. López Barahona y la farmacéutica Mercedes Larrú afirman en un artículo sobre clonación colgado de la página web de esa universidad (www.fvitoria.com): 'El cigoto [el óvulo fecundado], en cuanto es célula, es unidad de vida [...] Existe una fundamental identidad genética entre el cigoto y el niño que nace después. Genéticamente se trata siempre del mismo ser'.
El artículo concluye: 'La razón y la capacidad tecnológica y científica deben estar al servicio del hombre y deben buscar soluciones experimentales que en ningún caso atenten contra los derechos humanos fundamentales, como es el derecho a la vida'.
Otro de los vocales es Carlos Alonso Bedate, profesor de investigación del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa y sacerdote jesuita. Alonso es un investigador y bioético muy conocido y, pese a su condición de sacerdote, se ha pronunciado repetidamente a favor de la investigación con embriones congelados y de la clonación terapéutica. Los demás vocales son: Daniel Ramón, experto en alimentos transgénicos del Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos; Joan Rodés, hepatólogo y asesor de la ministra de Sanidad, Celia Villalobos; Antonio Fernández Rañada, físico de la Universidad Complutense; Luis Balairón, del Instituto Nacional de Meteorología; el físico Manuel Elices, de la Politécnica de Madrid; el científico de la computación Mateo Valero, de la Politécnica de Cataluña; Francisco Belil, consejero delegado de Bayer en España y presidente de la patronal de la Industria Química; el penalista Carlos Romeo, de la Universidad del País Vasco; y la catedrática de filosofía Adela Cortina, de la Universidad de Valencia.
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