El Ejército israelí toma el centro de Nablús entre decenas de muertos y cientos de detenidos
Los combatientes palestinos ofrecen una feroz resistencia a los soldados en Yenín
Faltan dos kilómetros para Nablús, pero el último control militar resulta imposible de esquivar. Pasa un helicóptero. Se oye una explosión. Luego, silencio. Un centenar de palestinos se ha rendido, según informa un portavoz militar. Horas más tarde, el Ejército habrá tomado la alcazaba, el último foco de resistencia en esa ciudad palestina. Al norte, en Yenín, los soldados israelíes piden a los residentes del campo de refugiados que salgan de sus casas y se agrupen en la plaza central antes de que empiece el bombardeo. Algunos lo hacen; otros, no. El bombardeo tiene lugar de todos modos.
Era el tercer día de combates casa por casa en Nablús. Los carros de combate no caben por las callejuelas de la alcazaba y los soldados tienen que entrar andando, aunque cuentan con la cobertura de los helicópteros Apache. A media tarde habían logrado tomar el control de la ciudad vieja y la rendición de 500 palestinos, entre ellos 200 hombres armados, algo que fue negado por fuentes palestinas. Fuentes militares israelíes calculan que medio centenar de palestinos han muerto en los tres días de batalla.
Pero la campaña no ha concluido en Nablús. El Ejército rodeaba anoche el barrio de Yasmina, al oeste de la ciudad, donde medio millar de milicianos podrían encontrarse escondidos entre la población civil. En el registro de la ciudad, los militares anunciaron haber encontrado 13 laboratorios de explosivos y almacenes de armas y haber detenido a 'decenas de terroristas'.
La cadena de televisión árabe Al Yasira cifraba en un centenar los muertos palestinos en Yenín, principal bastión de Yihad Islámica y de Hamás. No sería de extrañar. Los milicianos palestinos atrincherados en este campamento de refugiados han opuesto una de las mayores resistencias a la entrada de las tropas israelíes. Ayer, ante la imposibilidad de hacerles salir de ese cuadrado de 600 por 600 metros, los soldados optaron por empezar a demoler las casas. Quienes no salieran de sus hogares se arriesgaban a quedar enterrados bajo los escombros. Da idea de la dureza de esos combates el hecho de que el Ejército israelí ha perdido en Yenín a nueve de los 13 soldados que han muerto en la Operación Muro Defensivo, los dos últimos ayer.
Tiros, explosiones y hasta un incendio afectaron también ayer a la basílica de la Natividad de Belén. Las versiones, una vez más, difieren. Según los palestinos, los soldados israelíes intentaron una vez más forzar su entrada y lanzaron una granada que provocó un incendio. El Ejército, por su parte, terminó admitiendo que había disparado en respuesta a un tiroteo palestino y que el incendio lo provocaron granadas palestinas.
Tres hechos eran ciertos: que había habido un incendio, que un francotirador israelí mató a un palestino que salió a apagar el fuego, y que algunas balas han impactado en los muros de la iglesia que millones de cristianos de todo el mundo reverencian como el lugar en el que nació Jesús. Tras la tensión causada por el incendio, el Ejército israelí levantó por unas horas el toque de queda y las calles se llenaron de gente que buscaba alimentos y medicinas. 'Todo el mundo iba con prisa y con temor a los tiroteos esporádicos que no dejaban de oírse en diversas partes de la ciudad', relató una testigo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.