EE UU presiona a Israel para que el líder palestino asista a la cumbre de Beirut
Sharon reitera que el viaje de Arafat a Beirut depende de que se consiga un alto el fuego
La estrategia del primer ministro israelí, Ariel Sharon, para convertir al presidente Yasir Arafat en 'irrelevante' empieza a volverse contra él. El confinamiento al que le ha sometido durante casi cuatro meses en Ramala ha reforzado extraordinariamente la popularidad del líder palestino. Ahora, el empeño en condicionar el viaje de Arafat a la cumbre de la Liga Árabe que comienza mañana en Beirut choca con los intereses de Estados Unidos, su principal aliado. La Casa Blanca pidió ayer al primer ministro israelí que levante las restricciones.
'El presidente George W. Bush estima que el primer ministro Sharon y el Gobierno israelí debieran pensar seriamente en dejar a Yasir Arafat participar en la cumbre de Beirut', declaró ayer el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleisher. Es el mensaje más claro enviado hasta ahora desde Washington. Y es que más allá de la ilegalidad de la medida que denuncian fuentes palestinas, la ausencia del veterano líder en la capital libanesa pone en peligro una iniciativa, la saudí, que Estados Unidos ha abrazado con entusiasmo mientras busca apoyos árabes para una eventual campaña contra Irak.
'Es una nueva maniobra de distracción. Mientras discutimos si Arafat puede o no puede salir del país, no entramos en el meollo del problema, que es la ocupación', denuncia Ahmed Soboh, viceministro de Cooperación Internacional, en una convesación con esta informadora. 'No vamos a entrar en ese juego y no vamos a hacer concesiones sólo por el viaje porque entonces estaríamos premiando una violación israelí. Ninguno de los acuerdos firmados le da a Israel el derecho de condicionar los viajes de Arafat, y Estados Unidos lo sabe', añade Soboh.
Así parece entenderlo también la izquierda israelí, algunos de cuyos dirigentes han criticado en los últimos días la medida. 'El Gobierno no debería poner condiciones para su salida, ni divertirse con la idea de evitar su regreso', defendía ayer el editorial del diario progresista Haaretz. Sin embargo, Sharon repitió a una cadena de televisión que el viaje de Arafat depende de que se alcance un alto el fuego. Pero las negociaciones en ese sentido avanzan muy lentamente.
El domingo, en la cuarta de las reuniones que el mediador estadoundense, Anthony Zinni, ha organizado desde su llegada a la zona el pasado día 14, los representantes israelíes y palestinos ni siquiera se vieron las caras. Zinni se reunió por separado con ambas delegaciones para entregarles sus 'propuestas de acercamiento', en total cuatro folios mecanografiados que los dos Gobiernos estudiaban ayer y a los que deberían dar respuesta hoy.
'Hay una gran diferencia entre nuestro análisis y el de los israelíes', reconoció ayer a EL PAÍS Mohamed Dahlan, uno de los tres representantes palestinos en ese comité tripartito. 'Si Sharon cree que con poner en marcha el Plan Tenet ya vale, está muy equivocado; el Plan Tenet es el principio, la solución tiene que ser política', subraya. 'Los israelíes entienden como les da la gana el planteamiento de Tenet y quieren añadir nuevas condiciones', se queja Dahlan en referencia al acuerdo para un alto el fuego israelo-palestino elaborado por el jefe de la CIA, George Tenet, el pasado junio y que nunca llegó a ponerse en práctica. Ese texto constituye ahora la base sobre la que trabaja Zinni para tratar de lograr una tregua que permita reanudar los contactos políticos.
Sin embargo, la desconfianza entre ambos pueblos es tal que ninguno quiere dar el primer paso. El atasco parece encontrarse en si la retirada de los tanques y el levantamiento del bloqueo por parte de Israel debe llevarse a cabo antes o después de que la Autoridad Palestina incremente las medidas para prevenir atentados. 'Es la historia del huevo y la gallina', admite Dahlan, que participa en las reuniones en su calidad de jefe de la Seguridad Preventiva de Gaza.
'Preparados para la paz'
No es sólo una cuestión de seguridad, sino que detrás hay también una filosofía', explica una fuente europea conocedora de los entresijos de la negociación. Una vez logrado el alto el fuego, debieran ponerse en marcha las recomendaciones del Informe Mitchell y volver a las negociaciones de paz. 'Sharon no quiere entrar en una solución política, pero nosotros no vamos a darle excusas y vamos a cooperar para demostrar que estamos preparados para la paz', asegura Dahlan. El Gobierno israelí, por su parte, acusa a los palestinos de intransigencia. 'Arafat se niega con toda su fuerza a cooperar con Zinni, se niega a dar un paso para el alto el fuego', declaró ayer Dalia Rabin-Pelossof, viceministra de Defensa.
Las propuestas de Zinni no han trascendido, pero portavoces israelíes las han calificado de 'constructivas' y el propio Dahlan se refirió a ellas como 'un paso positivo hacia el acuerdo'. 'Eso no significa que las vayamos a aceptar con los ojos cerrados, pero no queremos ser la causa del fracaso de la misión de Zinni', precisó el responsable palestino, antes de añadir que aceptan todos los puntos del Plan Tenet, aunque no los añadidos.
El 'plan Tenet'
Nunca se ha hecho público, pero fuentes conocedoras del documento -un folio manuscrito por el propio jefe de la CIA norteamericana, George Tenet- aseguran que la versión difundida por la prensa israelí es correcta. Los puntos más destacados son los siguientes. - Los palestinos deben: Detener, interrogar y encarcelar a los miembros de organizaciones palestinas radicales a los que Israel acusa de preparar atentados terroristas. Poner fin a la incitación oficial a la violencia y a los atentados contra Israel y las colonias judías. - Los israelíes deben: Abstenerse de atacar las instituciones civiles o militares palestinas. Replegar sus fuerzas a las posiciones anteriores a la Intifada, el 28 de septiembre de 2000. - Ambas parten deben: Impedir que individuos o grupos utilicen los sectores bajo su control como bases para actos de violencia o refugios tras cometer dichos actos. Reunirse semanalmente y reanudar la cooperación en seguridad.
El 'informe Mitchell'
Es fruto de una comisión internacional de investigación que dirigió el ex senador estadounidense George Mitchell y sus recomendaciones se articulan en torno a tres ejes: - Poner fin a la violencia: El Gobierno israelí y la Autoridad Palestina deber reafirmar sus compromisos de respetar los acuerdos existentes y deben, de forma inmediata y sin condiciones, poner fin a los actos de violencia. - Restaurar la confianza: La Autoridad Palestina debería afirmar con claridad, con acciones concretas, que el terrorismo es inaceptable y condenable y que no ahorrará ningún esfuerzo para impedir las acciones terroristas y castigar a sus autores. El Gobierno israelí debería congelar toda actividad de colonización, incluido el 'crecimiento natural' de los asentamientos existentes. - Reanudar las negociaciones: Las partes deberían reunirse para reafirmar sus compromisos con los acuerdos firmados.
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