Siete muertos en otro atentado suicida contra un autobús

Rafak Abu Diak, de 24 años, oriundo de la ciudad palestina de Jenín y militante de la organización fundamentalista Yihad Islámica, se inmoló ayer con una bomba en el interior de un autobús de transporte público provocando la muerte de siete viajeros, entre ellos cuatro soldados, y ocasionando heridas a otras 28 personas. La autoría del atentado fue ayer asumida por Yihad Islámica, organización que se opone a los acuerdos de paz.

El kamikaze suicida había accedido al autobús a mitad de su trayecto, Nazaret a Tel Aviv, en una parada cercana a Um El Fahem, la capital árabe de Israel, en el corazón de la región de la Galilea, bautizada por algunos como el 'nuevo Teherán'. El joven, que llevaba un largo abrigo, pagó su billete y se dirigió sin pronunciar ni una sola palabra hacia la parte de atrás del autobús, pero al llegar a mitad de su recorrido se detuvo y accionó la carga explosiva.

'Vi por el retrovisor cómo abría el abrigo y hacía explotar la bomba, entonces accioné el botón de las puertas para que la gente pudiera huir', aseguraba ayer a la prensa el conductor del autobús, Yossi Ben Yossef, un árabe israelí, como la mayor parte de los viajeros que se encontraban en el interior del vehiculo.

El autobús 823, de la compañía Egged, quedó convertido en un montón de hierros retorcidos. Éste es el segundo atentado suicida que sufre esta línea de autobuses durante la presente Intifada. El anterior fue efectuado el pasado mes de diciembre, provocando heridas en más de 80 viajeros.

Como suele suceder siempre en estas ocasiones, el Gobierno de Israel responsabilizó rápidamente del atentado al presidente palestino, Yasir Arafat, y éste, como también es habitual, condenó el acto. Desde que el emisario norteamericano, Anthony Zinni, llegó a la región el pasado jueves 14 de marzo se han sucedido en la zona sin parar incidentes y atentados que se han saldado con 42 muertos, 33 de los cuales han sido palestinos y los otros 9 israelíes.