Calados centenarios y buen vino

Siempre es reconfortante bajar a los calados de las bodegas centenarias. La tranquilidad y el sosiego que se respira difícilmente se puede encontrar en las modernas bodegas donde el acero invade los rincones. La estancia en estos calados se puede prolongar placenteramente durante horas. La historia y la cultura del vino que emana de las paredes hacen que el tiempo pase rápidamente, en especial si tenemos la oportunidad de probar los mostos de la bodega en una funcional sala de catas. Éste es el caso de la bodega El Fabulista, que cuenta con una sala acondicionada para el análisis y disfrute de los caldos.

El Fabulista cuenta con dos tipos de vino para éstas y otras ocasiones. Su tinto joven de maceración carbónica lleva el nombre de Decidido, quizá en recuerdo de alguna decisión importante que tuvo que tomar su propietario, Eusebio Santamaría. Decidido sigue la tradición de maceración carbónica de la escuela de Rioja Alavesa en cuanto a elaboración de vinos jóvenes. Es un tinto cargado de color rojo violáceo. En nariz no nos engaña y presenta los clásicos aromas de la maceración carbónica a moras y arándanos. El paso por boca es carnoso y agradable con un final de regaliz y una acidez bien marcada.

Pero el gran salto al vacío por su espíritu innovador en su primer crianza 98 El Fabulista, un caldo que viene a romper moldes en su salida al mercado. Partiendo de sus mejores mostos de maceración carbónica, pasa a envejecer 16 meses en barricas de roble francés y americano. Un mosto concentrado con sutiles aromas de regaliz, cuero y tabaco. Un paladar refrescante cargado de fruta y crianza en buena armonía y donde la maceración carbónica aporta un elemento de distinción y clase que lo convierte en uno de los mejores crianzas en ese pequeño círculo de productores que elaboran partiendo de la manera clásica de los vinos jóvenes alaveses.