El catalán se ha impuesto sin problemas como lengua vehicular
Educación
El supuesto oasis catalán también podría aplicarse al apartado lingüístico. El catalán es la lengua vehicular, es decir, a través de la cual se imparte la enseñanza, según reza la ley. En 1983, el Parlamento de Cataluña aprobó la Ley de Normalización Lingüística que, en su artículo 14.1, establece el catalán como lengua propia de la enseñanza en todos los niveles educativos. Dos décadas más tarde, según un informe del servicio de Política Lingüística de la Generalitat, el 98,5% del profesorado de primaria y el 81% del de secundaría tiene acreditado el nivel de conocimiento del catalán. Un decreto de 1991 establece que los profesores que opten a una plaza en los centros públicos de enseñanza obligatoria no universitaria deben presentar una acreditación de catalán de nivel C, considerado de 'suficiencia', el inmediatamente superior al grado intermedio.
Pero lo oficial, como siempre, casi nunca se ajusta a lo real, y las aulas, como la calle, son eminentemente bilingües. 'Podemos considerarnos razonablemente satisfechos con el proceso de normalización lingüística, pero siempre es mejorable el uso de la lengua por parte del profesorado y tratar de suprimir esa diferencia de porcentaje que aún da las clases en castellano', razona Pere Solà, director general de Ordenación e Innovación Educativa de la Generalitat. Según Solà, a pesar de la implantación del catalán en las aulas 'se nota un cierto relajo en el empuje inicial de la normalización'. En su opinión, 'algunos profesores, más por cuestión de comodidad, utilizan el castellano en función de la lengua habitual de uso de los alumnos'. Pero el auténtico reto es impulsar el catalán como el idioma de uso también entre los inmigrantes de otros países.
Un estudio del Departamento de Educación del curso 1999-2000 revela que el 89% de los centros de primaria imparten todas las asignaturas en catalán, a excepción de la lengua y literatura castellana y la lengua extranjera. En secundaria, este porcentaje se reduce al 51%. 'La normalización lingüística del catalán se ha llevado con tino', reconoce Luz Jabardo, de CC OO, 'pero no sólo por la voluntad política del Gobierno autónomo, si no sobre todo por el grado de implicación y compromiso de todos los agentes sociales y de la ciudadanía en general'. Según Jabardo, el profesorado ha recibido facilidades para alcanzar el nivel de catalán exigido para dar clases de múltiples formas, y el proceso se ha elaborado con tiempo. Jabardo apunta al fondo de la cuestión: 'Además, el catalán no es una lengua difícil para un castellanohablante'.
En la universidad, según la ley de política lingüística de 1998, 'el profesorado y el alumnado tienen derecho a expresarse, en cada caso, oralmente o por escrito, en la lengua oficial que prefieran'. Y esto es exactamente lo que sucede, al menos en el campo de la docencia. Otra cosa es el ámbito administrativo o de servicios, así como la rotulación, que el catalán ocupa casi en exclusiva.
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