EE UU señala a Filipinas, Indonesia, Somalia y Yemen como posibles objetivos
El Pentágono concluye el registro de las cuevas de Tora Bora sin pistas de Bin Laden
Somalia, Yemen, Filipinas e Indonesia pueden ser los próximos escenarios de la campaña antiterrorista lanzada por los Estados Unidos. Esos países reúnen, por distintas razones, las 'condiciones idóneas' para convertirse en refugios de Al Qaeda, dijo Paul Wolfowitz, subsecretario de Defensa, quien sugirió que Washington no deseaba enfrentarse inmediatamente con el problema de Irak. El general en jefe de la guerra en Afganistán, Tommy Franks, anunció por su parte que sus fuerzas podían realizar incursiones en Pakistán para perseguir a fugitivos de Al Qaeda o miembros destacados del régimen talibán.
'Una de las cosas más difíciles en los próximos meses', declaró Wolfowitz en una entrevista concedida a The New York Times, 'será establecer cuáles de nuestros aliados de conveniencia en la primera fase de esta guerra pueden convertirse en aliados firmes, cuáles nos causarán problemas, y cuáles cambiarán de bando en cuanto tengan ocasión'. El subsecretario de Defensa dio por supuesto que Afganistán era sólo el paso inicial de la campaña y que las tropas estadounidenses se desplazarían a otros países.
'Evidentemente, Somalia resulta una opción interesante para la gente de Al Qaeda, precisamente porque el gobierno es débil o no existe', comentó. 'La CIA está buscando ahora en Somalia al tipo de gente que puede ayudarnos, como las fuerzas antitalibanes en Afganistán', añadió, refiriéndose a los contactos mantenidos en las últimas semanas con distintos líderes tribales somalíes. Wolfowitz afirmó que Yemen era igualmente atractivo para Al Qaeda 'porque grandes zonas del país escapan al control del gobierno'.
Intervención en Filipinas
Otro país donde el Pentágono considera factible intervenir es Filipinas, donde el gobierno no logra acabar con el grupo extremista musulmán Abu Sayyaf, presuntamente relacionado con Al Qaeda.
Un grupo de oficiales estadounidenses asesora ya al Ejército filipino en materias antiterroristas, pero, en opinión de Wolfowitz, miembro de la línea dura en el Pentágono, 'el Ejército de Estados Unidos podría intervenir directamente en apoyo de las fuerzas locales'. 'El Gobierno de Manila prefiere encargarse del problema con sus propios medios', matizó el subsecretario.
La situación es similar en Indonesia, donde el Pentágono no puede por ahora colaborar directamente con el Ejército local debido a las restricciones impuestas por el Congreso a consecuencia de las violaciones de los derechos humanos cometidas por el gobierno de Yakarta.
'Las autoridades indonesias no se atreven a lanzar una operación frontal contra los extremistas, por miedo a la reacción popular; creo que las restricciones deberían ser revisadas, a la luz del 11 de septiembre', indicó Wolfowitz.
En Afganistán, mientras, proseguían ayer los bombardeos sobre grupos de Al Qaeda que trataban de reagruparse en la franja oriental del país. 'Ya hemos acabado de explorar las cuevas de Tora Bora', anunció el general Tommy Franks, quien admitió que no había pistas sobre el paradero de Osama bin Laden. Un portavoz del Pentágono dijo que en adelante 'no se especularía públicamente' acerca de la situación del jefe de Al Qaeda.
El general Franks declaró a la agencia AP que el gobierno de Pakistán estaba dispuesto a permitir incursiones estadounidenses en su territorio, para apresar a fugitivos.
Acuerdos con Pakistán
'Los paquistaníes seguirán encargándose de las detenciones, pero en casos concretos podemos contactar con ellos y avisarles de que hemos localizado a alguien determinado y vamos a seguirle al otro lado de la frontera; creo que los acuerdos nos permiten realizar esas persecuciones puntuales', explicó el jefe de las operaciones militares de las Fuerzas Armadas estadounidenses en Afganistán.
Varios antiguos altos cargos del régimen talibán fueron detenidos ayer por las nuevas autoridades de Kabul. El mulá Obaidulá, ex ministro de Defensa, el mulá Turabi, ex ministro de Justicia, el mulá Saadudin, ex ministro de Industria, y el mulá Haqani, ex embajador, se entregaron voluntariamente al gobierno provisional que dirige el pastún Hamid Karzai.
Un jefe tribal anunció que también había sido detenido Abdul Hayee Motmain, antiguo responsable de información y principal portavoz del gobierno talibán.
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