Tres ministros talibanes se entregan a las autoridades de Kandahar
El enviado de EE UU asegura que los bombardeos continuarán hasta acabar con Al Qaeda
Los ministros de Justicia, Defensa e Industria y Minas del antiguo régimen talibán, mulás (clérigos) Turabi, Ubai Dulá y Saadudín, se han entregado a las autoridades afganas que gobiernan la sureña ciudad de Kandahar, antiguo feudo talibán. Turabi, uno de los más importantes ideólogos del desaparecido régimen, era considerado la mano derecha del líder supremo talibán, mulá Omar, cuyo paradero sigue siendo un misterio, a pesar de la intensa búsqueda de los soldados norteamericanos y de las fuerzas afganas afines. Un alto funcionario talibán fue entregado a los estadounidenses.
Haji Gul Aga, portavoz del Gobierno de Kandahar, declaró ayer que estas rendiciones y las de otros cinco destacados dirigentes talibanes no han ocurrido en un solo día, sino que han sido entregas individuales realizadas a partir del cambio de Gobierno en Kandahar, el pasado 7 de diciembre.
Además de estas rendiciones, un comandante tribal ha entregado a los soldados norteamericanos a Abdul Haji Motmain, jefe del departamento de información de la milicia talibán y a uno de sus principales portavoces, que fueron detenidos en las cercanías de la frontera afgana.
Pero no todo fueron detenciones y rendiciones. Un guerrillero sudanés se mató de un disparo para evitar que volvieran a detenerle cuando huía del hospital de Kandahar en que estaba internado. La peor suerte del régimen caído la corren los extranjeros que acudieron a apoyar a los talibanes o que fueron a Afganistán dentro de la red de Al Qaeda, cuyo líder, Osama Bin Laden, al igual que el mulá Omar, es buscado infructuosamente por las fuerzas norteamericanas.
Gul Aga no quiso hacer comentarios sobre si los dirigentes talibanes que se han rendido han sido interrogados por agentes norteamericanos y se limitó a indicar que han sido amnistiados y 'han vuelto a sus casas sanos y salvos sin que se les haya hecho mal alguno'. El portavoz aseguró insistentemente que que no se detendrá a los talibanes que se entreguen voluntariamente junto con sus armas, pero que tampoco se les admitirá en el nuevo Gobierno.
Últimos focos de resistencia
El enviado especial de EE UU para Afganistán, Zalmay Khalilzad, afirmó que los bombardeos estadounidenses continuarán hasta acabar con los últimos focos de resistencia de Al Qaeda y los talibanes. 'Es fundamental para la comunidad internacional y para la consolidación del nuevo orden en Afganistán derrotar a los terroristas por completo', dijo Khalilzad en una conferencia de prensa en Kabul. 'Si los talibanes y Al Qaeda sobreviven, podrían amenazar de nuevo la estabilidad mundial'.
El presidente provisional de Afganistán, Hamid Karzai, se mostró de acuerdo con el enviado de George W. Bush. En una entrevista con el periódico alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung, Karzai declaró que la prioridad más urgente es combatir el terrorismo y que, por lo tanto, los bombardeos de EE UU deben continuar.
En una autocrítica sobre la política afgana de Washington al final de la guerra fría, Khalilzad aseguró que EE UU ha aprendido de los errores del pasado y que, al contrario de lo ocurrido tras el final de la invasión soviética, en 1989, en esta ocasión está dispuesto a ofrecer todo su apoyo para garantizar la estabilidad política en Afganistán y evitar la aparición 'de un nuevo Bin Laden'. Estados Unidos, explicó el enviado de Washington, desempeñó un papel crucial al ayudar a los afganos a derrotar a la Unión Soviética, y los afganos, a su vez, contribuyeron a la descomposición de la URSS. 'La situación en Afganistán derivó en enfrentamientos civiles y EE UU se mantuvo al margen, subestimando el enorme potencial desestabilizador', dijo. 'Sólo más tarde, con Osama Bin Laden ya en el país, se hizo obvia la amenaza que suponía la inestabilidad afgana'.
El diplomático estadounidense reconoció también que la Fuerza Aérea de su país ha cometido errores al bombardear a la población civil en las últimas semanas. 'La guerra no es un asunto perfecto y nosotros no bombardeamos por placer', dijo. 'La responsabilidad es de quienes desencadenaron este conflicto: Al Qaeda y quienes les apoyaron'. Khalilzad aseguró que Washington está investigando los bombardeos del último mes en la provincia de Paktia, en los que murieron más de un centenar de civiles, pero no quiso confirmar si se darán o no compensaciones a las víctimas. A la pregunta de dónde y quién juzgará a los talibanes y miembros de Al Qaeda detenidos, Khalilzad respondió que EE UU todavía no ha tomado una decisión al respecto y que la cuestión será consultada con sus aliados.
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