Chardonnays para elegir

Tiene Borgoña unas condiciones especiales para la chardonnay, que convierten a sus vinos en irrepetibles. Aquí, el prestigioso varietal adquiere una impresionante diversidad de matices, desde los fondos pétreos, graníticos y minerales hasta los sabores boscosos y los aromas florales. Y en la zona de Chassagne-Montrachet, la chardonnay se expresa en todo su esplendor. Son blancos secos, amplios, con cuerpo pero suaves, muy aromáticos y con un largo posgusto que se mantiene fresco en la boca.

Claro que beberse uno de estos vinos resulta prohibitivo por su elevadísimo precio. Pero hay alternativas. Por ejemplo, el Morgeot 94, elaborado por Leroy, más asequible y sin mengua significativa de cualidades. Su aroma es complejísimo, con notas de reducción, perfumes leñosos, fondo de humo y destellos florales y de pedernal. Pero es en boca donde se manifiesta con todo su poder: potente y delicado, carnoso y elegante, fresco y cálido, con una intensa vía retronasal donde se repite la sinfonía aromática.

Frente, que no enfrentado, nuestro Jean León del 99, elaborado al estilo borgoñón, pero con el aporte cálido, sobremaduro, del clima mediterráneo, que impone el predominio de los aromas y sabores amielados. La mejor madurez de las uvas ha dado un vino más rotundo y más graso, y también algo más suave. En nariz tiende a los aromas a fruta exótica y flor de viña, y en boca desvela toda la plenitud y carácter del varietal.