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CRISIS POLÍTICA Y SOCIAL EN ARGENTINA

Menem quiere que siga Saá

Alejandro Rebossio

Cuatro días después de que el Congreso argentino designara al peronista Adolfo Rodríguez Saá como jefe de Estado provisional hasta las elecciones del 3 de marzo de 2002, diversos sectores políticos ya están pidiendo que su mandato se extienda por dos años.

El presidente del Partido Justicialista, Carlos Menem, visitó ayer a Rodríguez Saá en la Casa Rosada y propuso que permanezca en el poder hasta diciembre de 2003. En esta fecha debía finalizar el gobierno del radical Fernando de la Rúa, que renunció el jueves pasado por la crisis social y la recesión que sufre desde hace tres años y medio la tercera economía latinoamericana.

El peronismo volvió al poder, que perdió en las elecciones de 1999, pero está sumido en múltiples peleas intestinas. Menem era el único caudillo que rechazaba la convocatoria de elecciones. Tal vez porque la Constitución le impide presentarse hasta el 2003, cuatro años después de su último mandato. Ayer dijo que aunque 'hay un compromiso inicial' para convocarlas, éste 'puede ser cumplido o no'. Los demás peronistas impusieron que el sucesor de De la Rúa sea elegido por el mismo pueblo que lo echó. En esta postura se alineaban los presidenciables y actuales gobernadores de las provincias de Buenos Aires, Carlos Ruckauf, de Córdoba, José Manuel de la Sota, y de Santa Cruz, Néstor Kirchner.

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Rodríguez Saá, sin embargo, inauguró su gobierno con un discurso en el que prometía un millón de empleos y otras medidas difícilmente aplicables en dos meses. En contraposición con su antecesor, el nuevo presidente imprimió a su gestión un ritmo acelerado. Lanzó grandes medidas, desde la declaración de el impago de la deuda (132.000 millones) hasta el lanzamiento de una tercera moneda para resover la falta de liquidez producida por el reciente congelamiento de depósitos.

Rodríguez Saá está entusiasmado con la idea de continuar gobernando hasta 2003, en contra de lo que acordó con el resto de líderes peronistas. Los radicales, ahora en la oposición, tampoco quieren comicios porque prevén una catastrófica derrota.

Menem también se pronunció contra la devaluación del peso, al igual que Rodríguez Saá. El Gobierno sigue prohibiendo el cambio de moneda en los bancos, atestados de clientes que desean depositar cheques o retirar hasta los 1.000 pesos (187.000 pesetas) permitidas por mes.

Menem añadió a su discurso un ataque contra su archirrival Ruckauf, vicepresidente de su segundo gobierno (1995-1999), y dijo que él tampoco puede aspirar al gobierno hasta 2003 por haber ocupado ese cargo.

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