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CRISIS POLÍTICA Y SOCIAL EN ARGENTINA

La nueva economía argentina llena de dudas a los expertos

Los analistas pronostican una catástrofe

Alejandro Rebossio

Las primeras medidas económicas del presidente interino de Argentina, el peronista Adolfo Rodríguez Saá, generaron todo menos entusiasmo entre los economistas. Los liberales ortodoxos predicen escenarios catastróficos por la suspensión de pagos y la emisión de bonos para pagar sueldos de funcionarios, jubilaciones y seguros de paro. Los heterodoxos califican las medidas de realistas y apropiadas para un Gobierno que sólo estará dos meses en el poder.

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Rodríguez Saá decidió lo que su antecesor Fernando de la Rúa había intentado evitar a costa de ajustes durante un año y medio: el impago de toda la deuda pública nacional y provincial (más de 130.000 millones de dólares), lo que supone la suspensión de pagos más grande de la historia. El economista heterodoxo Ricardo Delgado considera que la suspensión de pagos permite que Argentina deje de preocuparse por dos meses de seguir 'tapando agujeros', aunque alerta sobre el estado de las cuentas fiscales, con un déficit previsto de 9.000 millones de dólares para este año.

'El default [suspensión de pagos] es sincerar una realidad', reconoce el economista jefe de la Unión Industrial Argentina (UIA), Federico Poli, que llamó la atención por la falta de precisiones sobre las políticas para calmar la tensión social: el Gobierno sólo ha destinado siete millones de dólares y prometió la creación de un millón de empleos. El analista Abel Viglione, de la liberal Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), advierte de que si Argentina impaga sus obligaciones con los organismos financieros multilaterales caerá en el aislamiento por 12 o 15 años: 'Ya lo sufrimos entre 1982 cuando suspendimos los pagos, hasta 1994, cuando refinanciamos la deuda', recordó Viglione, que anticipa una caída a mínimos de las inversiones extranjeras, incluidas las españolas.

El nuevo Gobierno también ha decidido mantener la convertibilidad (la paridad fija del peso con el dólar) y enfrentar los pagos con funcionarios, pensionistas, proveedores y parados con más Letras de Cancelación de Obligaciones Provinciales (Lecop), una suerte de tercera moneda que creó el anterior ministro de Economía, Domingo Cavallo, y circula junto con la nacional y la norteamericana. Delgado advirtió que el Lecop carecerá de respaldo, a diferencia del peso, cuyo valor está supuestamente garantizado por las cada vez menores reservas del Banco Central. Sin embargo, valoró la medida porque inyectará liquidez en una economía seca después de que De la Rúa decidiese a principios de mes congelar los depósitos. Delgado sostiene que Argentina deberá devaluar, aunque sugirió hacerlo después de que el pueblo elija gobierno en marzo y no en esta etapa de transición e incertidumbre.

Manuel Solanet, de FIEL, lamenta que el peronismo haya vuelto a la 'demagogia y el populismo', en contraposición con el neoliberalismo del Gobierno de Carlos Menem (1989-1999).

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