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CRISIS POLÍTICA Y SOCIAL EN ARGENTINA

El peronismo da un golpe institucional para favorecer a sus candidatos

La Ley de Lemas permite a los partidos sumar los votos de varios aspirantes en las elecciones

'Más de lo mismo', 'sabor a lo viejo', 'la sociedad argentina está esperando otras cosas'. Una sensación de desánimo invade a los argentinos después del anuncio de comicios anticipados para dentro de 60 días, que se celebrarán según la ley de lemas, un mecanismo electoral desprestigiado que resucita para satisfacer los apetitos de los dirigentes peronistas. 'No es para eso para lo que salimos a la calle la noche del miércoles y logramos la dimisión de Cavallo y De la Rúa', lamentaba ayer un profesional de clase media, que esta semana se sumó a la insólita movilización ciudadana contra el extinto Gobierno.

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La ley de lemas, vigente en algunas provincias argentinas como Tucumán, Santa Fe y Chubut y que se aplicaba hasta fecha reciente en Uruguay, soslaya las elecciones internas en los partidos para elegir a sus candidatos, de tal manera que cada fuerza política puede presentar sin límites diversos aspirantes a la Presidencia de la República. El Partido Justicialista (PJ, peronista) propone su aplicación como medida excepcional ante la gravedad de la situación que, según su criterio desaconseja la convocatoria de elecciones internas partidarias para elegir los candidatos.

El mecanismo es de dudosa constitucionalidad ya que permite que sea declarado vencedor de las elecciones un candidato que no ha obtenido el mayor número de votos. Eso es así, porque computa el total de votos logrado por cada partido, por encima de los porcentajes de cada candidato. Para la aplicación de este mecanismo será necesaria la reforma de la ley electoral y de la Constitución, que en los artículos 94, 96, 97 y 98 señala que será elegido el candidato más votado. Dichas reformas requieren dos tercios de los votos en el Parlamento. La Unión Civica Radical (UCR), el Frepaso y el ARI han manifestado su rechazo al mecanismo electoral.

Quienes critican la decisión de los gobernadores peronistas advierten que la ley facilita la dispersión de votos entre los distintos candidatos (sublemas) de un mismo partido (lema). Con lo que puede llegarse a la paradoja de que llegue a la Casa Rosada un presidente con el 15% de los votos, si su partido resultó el más votado. Los defensores de la fórmula sostienen que este riesgo no existe, ya que la Constitución prevé la elección del presidente en doble vuelta si el candidato ganador en la primera no obtiene el 45%.

El recurso a ley de lemas es el resultado de los conciliábulos de los principales gobernadores provinciales del Partido Justicialista (PJ, peronista) con ambiciones presidenciales. Ante la profunda división del partido y el considerable número de candidatos, han optado por convertir en la práctica lo que deberían ser unas elecciones primarias en los comicios presidenciales.

Golpe institucional

Algunas voces interpretan la jugada del PJ como un golpe institucional que margina al Parlamento y que no respeta la voluntad popular. Sostienen que las movilizaciones ciudadanas de sectores que salían a la calles desde hacía décadas de poco han servido para romper la práctica tradicional del cabildeo entre dirigentes políticos para discutir el futuro del país. En los cacerolazos muchos argentinos protestaban no sólo contra el presidente o su ministro de Economía, sino contra un sistema de hacer política. Era una manera de decir basta, de manera espontánea. Ocurrió en Buenos Aires, la ciudad donde el PJ obtuvo en las elecciones de 1999 el peor resultado electoral de su historia, que no llegó al 2% de los votos.

Los políticos recibieron un varapalo espectacular en las elecciones legislativas parciales del 14 de octubre, en las que el voto nulo y la abstención llegó al 40% del escrutinio. El día después, todos los dirigentes sin excepción dijeron que escuchar la voz del pueblo. La primera señal del peronismo en su regreso al poder es poco alentadora. 'Un presidente por 60 o 90 días paraliza el país 60 o 90 días', dicen quienes reclamaban un mandato parlamentario de dos años para el sucesor de De la Rúa.

La falta de credibilidad política es de nuevo el mayor obstáculo que desalienta la inversión extranjera. El peronista Eduardo Menem, hermano del ex presidente admitió que la ley de lemas no favorece la elección de un presidente fuerte con lo que la actual situación de inestabilidad puede prolongarse hasta el 2003.

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