Estados Unidos regresa al mundo de la fantasía con el centenario de Walt Disney

Ayer, cuando se cumplían cien años del nacimiento de Walt Disney, Estados Unidos recordó con varios homenajes al creador del ratón Mickey y uno de los pilares de la cultura y la industria de Estados Unidos. El mayor festejo se celebró en el Walt Disney World de Orlando, con un enorme retrato hecho de tarta, un desfile y la presencia de una de sus escasas estrellas de carne y hueso, Julie Andrews (Mary Poppins). La Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas honró también su memoria en una lujosa ceremonia, y las principales figuras del mundo de la animación convocaron el Día Disney.

Las celebraciones quedaron algo deslucidas por la crisis. El imperio Disney está en apuros. El presidente norteamericano, George Bush, visitó Orlando el martes para animar a los 40.000 empleados del parque de atracciones, que han sufrido serios recortes salariales desde los atentados.

Disney es el segundo grupo de comunicación mundial después de AOL Time Warner. Posee la cadena de televisión ABC, multitud de canales por cable, productoras como Miramax, cruceros, inmobiliarias y un largo etcétera de derivados audiovisuales. Y, pese a la magia de su presidente, Michael Eisner, sus acciones han caído un 25% en lo que va de año.

Walt Disney (1901-1966) nació en Chicago en el seno de una familia modesta que luego se mudó a vivir a Kansas City (Misuri). Su vida tiene todos los ingredientes del mito americano. Cuando tenía nueve años, él y su hermano mayor, Roy (que luego se convertiría en su socio de por vida), se levantaban a las tres y media de la madrugada para ayudar a distribuir con su padre el Kansas City Star, el periódico local, por las calles de la ciudad. Se apuntó a la escuela de arte y, tras estallar la Primera Guerra Mundial, engañó al servicio de reclutamiento y se fue a conducir ambulancias al frente.

Sus inicios empresariales fueron difíciles. Con su socio Ub Iwerks, que también se convertiría en otro histórico de la casa, creó Laugh-O-Grams, una pequeña productora de dibujos animados publicitarios. No funcionó, y los tres amigos, Walt, Roy y Ub, decidieron probar fortuna en Hollywood. En 1928 crearon Mickey Mouse. Al año siguiente nacía el volcánico pato Donald.

Disney estableció definitivamente su reputación en 1937, con Blancanieves y los siete enanitos, el primer largometraje animado en color, un versión muy edulcorada del cuento original, como luego serían todas las historias de la factoría Disney.

Empezó la producción en masa: Pinocho (1940), Dumbo (1941), Bambi (1942), Cenicienta (1950), Alicia en el país de las maravillas (1951), Peter Pan (1953). Los estudios sufrieron, sin embargo, un serio bajón en los años cuarenta, debido al carácter irascible de Disney. Todos sus colaboradores dimitieron, hartos de su autoritarismo. Según biografías recientes, el creador favorito de la infancia norteamericana era un personaje más oscuro de lo que dieron a entender las almibaradas versiones oficiales.

Disney tenía una obsesión global. Quería crear un mundo seguro y 'limpio' donde padres e hijos pudieran jugar juntos. Así surgió en California el primer Disneylandia en 1955, y más tarde, en 1971, Disneyworld, en Orlando, que su creador no alcanzó a ver terminado. En diciembre de 1966 moría de un cáncer de pulmón.

Antes de convertirse en un imperio multimedia, Disney pasó por un bache de 20 años, desde Mary Poppins (1965) hasta La sirenita (1989). La era de los grandes largometrajes animados parecía acabada. Paradójicamente, fueron estudios más jóvenes, sobre todo el creado por Steven Spielberg, Dreamworks, los que volvieron a poner de moda este tipo de epopeyas. Los dos han estado compitiendo desde entonces y volverán a hacerlo este año cuando Shrek (Dreamworks) luche contra Monstruos, SA (Disney) por el primer Oscar de animación.

Cuando a principios de los sesenta, en una visita a Disneylandia, el reverendo Billy Graham felicitó a Disney por haber construido tal mundo de fantasía, el creador de Mickey se limitó a contestar. 'Billy, éste es el mundo real, la fantasía es lo que está fuera'.