El primer centenario de Walt Disney devuelve a Blancanieves en plena forma
Los clásicos pueden salvar la crisis del cine de animación
Hasta Blancanieves, los dibujos animados gozaban de vida eterna. 'Nada los podía matar. Se caían de un edificio, los atropellaba una apisonadora y aun así salían andando', recuerda Ollie Johnston, veterano animador de los estudios Disney. Blancanieves y los siete enanitos, el primer largometraje de animación de la historia del cine, cambió las reglas del juego y por primera vez hizo pensar al público que un personaje creado con papel y lápiz podía morirse atragantado con una manzana.
Esta misma credibilidad fue la fórmula de la inmortalidad para una cinta que, siete décadas más tarde, sigue tan vigente como el primer día. 'Fueron el candor, los sentimientos y las emociones que Walt Disney inspiró en estos personajes lo que les mantiene vivos', aclara Johnston, uno de los Nine old Men o nueve directores de animación que hicieron posible, junto con Disney, un reto que estuvo a punto de acabar con los estudios y que ahora regresa al mercado para marcar a una nueva generación de espectadores. Su nueva distribución en vídeo y DVD (sale a la venta el 24 de octubre) llega en un año de crisis para la industria de la animación, que ha vivido serios recortes de personal y salarios, además del fracaso de algunas de las últimas producciones, pero también de celebración, cuando se cumple el primer centenario del nacimiento del hombre que creó la magia. 'Está claro que era un genio. Alguien que no podía ser frenado', recuerda Frank Thomas, otro de estos veteranos animadores que ayudaron a Disney a cambiar el curso de la historia del cine. 'Su único interés', añade en recuerdo del maestro, 'era entretener a la gente que tenía a su alrededor, a todos'.
Larga restauración
Ese amor por el espectáculo queda reflejado en la nueva versión de Blancanieves y los siete enanitos, que, manteniéndose fiel a la cinta original, ha sido restaurada para ofrecer una mejor calidad siguiendo una labor que comenzó durante el 50º aniversario de la película. En aquel momento se creó un nuevo negativo partiendo del antiguo de nitrato, que se encontraba en precarias condiciones, para proceder en la década de los noventa a una restauración digital que eliminara las menores imperfecciones y que ahora se completa con la recuperación del sonido. Además, los estudios Disney han decidido incluir en la nueva versión entrevistas con sus autores y escenas nunca antes vistas que, pese a estar realizadas, no llegaron a formar parte del filme. 'Es una oportunidad de compartir lo que no puedes ver en la pantalla, porque por cada millón de dibujos que hicieron estos artistas existe otro millón que se quedó por el camino', comenta el productor Don Hahn de esta invitación a 'echar un vistazo al otro lado del telón' con este clásico.
Aproximándose a los 90 años, aquejado de cataratas, una incipiente sordera y algo flojo de remos, Johnston sigue manteniendo el humor suficiente para reconocer que no puede hablar mucho de las nuevas producciones de animación porque se duerme en el cine. Pero si de algo está seguro es de que a la hora de las buenas películas de animación, la cosa está entre Blancanieves y Pinocho. Y Bambi, agrega Thomas.
Pese a sus 92 años, Joe Grant es el único de los veteranos aún en activo. Dirige en la actualidad la segunda parte de otra historia popular, como es Dumbo, personaje que nació de su puño y letra. Ésta no es la única secuela que están preparando los estudios Disney, que, tras el éxito de las segundas partes de La dama y el vagabundo y El rey león, ahora tienen en cartera las continuaciones de El libro de la selva, Mulán, 101 dálmatas, La cenicienta e incluso Peter Pan, que, bajo el título de Regreso a la tierra de nunca jamás, quiere devolver las aventuras del niño que no quería crecer a la gran pantalla. Las respuestas son menos claras cuando se trata del futuro de Blancanieves. 'No pienso que Walt tuviera en mente la idea de una continuación', reconoce Grant pensando en los viejos tiempos.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.