De viticultores a sabios elaboradores

Todos los partícipes del mundo del vino no siempre han trabajado en perfecta armonía. Hoy la tendencia y la forma de trabajo más extendida es la del diálogo y la consulta entre viticultores, enólogos, toneleros, cosecheros y demás actores. Todos ellos en busca del mismo fin que es lograr la máxima calidad para el mosto rey. Atrás quedan los tiempos donde los bodegueros sólo se relacionaban con el viticultor en la época de vendimia y poco más.

Así en nuestro entorno las bodegas no tenían viñedo y los viticultores no podían hacer frente a las fuertes inversiones que exigen diseñar y crear una bodega. Con la llegada de la democracia se comenzó a cambiar este sistema. Los viticultores empezaron a desarrollar sus pequeñas bodegas donde elaborar y criar sus vinos procedentes de sus cepas. Todo ello supuso un cambio radical en el panorama vitivinícola con la aparición de vinos de finca frente a los coupage tradicionales de las grandes bodegas. Los nuevos caldos estaban cargados de color, de fruta y sobre todo, de carácter y de identidad propia que en aquel momento no convencieron a todos los consumidores. Vinos que en el siglo XXI son el estandarte de calidad para la crítica y para todos los aficionados.

Bodegas Hermanos Berzal nace en Baños de Ebro por obra del patriarca de la familia Luis Berzal en los años 80, embotellando sus vinos procedentes de una propiedad de 50 hectáreas. Sus tres hijos han tomado el relevo y el año pasado inauguraron una bodega moderna, equipada con todas las dotaciones necesarias para hacer grandes vinos. Desde el acero inoxidable para fermentar hasta el parque de barricas nuevo de roble francés y americano. Cuentan con la inestimable colaboración de la joven y brillante enóloga Alexandra, del equipo Más que Vinos.

Su crianza 99 resulta sorprendente, de un color cereza de capa media, con nariz limpia de fruta y crianza. En boca se muestra muy envolvente.