_
_
_
_

Belén vuelve a quedarse sin Navidad

Este año, Belén tampoco celebrará la Navidad. El alcalde de la ciudad, el cristiano Hanna Naser, anunció ayer compungido a la prensa internacional la decisión del municipio de suspender todos los actos navideños, con excepción de la misa del Gallo, en la medianoche del 24 de diciembre, que se celebra en la basílica de Santa Catalina y a la que suelen acudir las misiones diplomáticas acreditadas en Palestina y el presidente Yasir Arafat.

El Ayuntamiento de Belén suspendió ya los festejos navideños del pasado año por idéntica razón: la situación creada por la Intifada y la negativa de Israel a aceptar un alto el fuego que garantice la seguridad de los peregrinos. Este año las cosas han ido mucho peor, ya que los responsables del turismo israelí se han negado a sentarse a la mesa de negociaciones con los palestinos para tratar de salvar los festejos de Belén debido a que el ministro de Turismo judío, Rehavam Zeevi, fue asesinado el pasado mes de octubre por radicales palestinos.

Más información
Los mediadores de EE UU inician su misión en Israel en pleno estallido de la Intifada
Arafat insiste en pasar la Navidad en Belén pese a la prohibición israelí
Arafat afirma que pasará la Navidad en Belén pese a la prohibición de Sharon
Israel impide que Arafat acuda a la Misa del Gallo en Belén
El Ejército de Israel suspende el bloqueo sobre Belén
El Ejército de Israel suspende el bloqueo sobre Belén
Belén cumple un mes en el infierno
La basílica de la Natividad de Belén sufre los peores combates desde el inicio del asedio

El alcalde de Belén subrayó ayer al dar la mala nueva que el sector turístico de la ciudad se encuentra paralizado desde hace más de un año, situación de crisis que afecta al 45% de la población. Las negras perspectivas han llevado ya a una parte de los habitantes de Belén a emprender el retorno al exilio. Los primeros en salir han sido familias cristianas, que en otros tiempos estuvieron afincadas en países de Latinoamérica y que habían regresado a su casa en Palestina en 1994, animados por las esperanzas suscitadas por los Acuerdos de Oslo.

'No es fácil vivir hoy en Belén. Nos estamos comiendo los ahorros. Vivimos a las puertas de la miseria. Los que permanecemos aquí, somos una amplia mayoría, lo hacemos porque no tenemos otra vía de salida', aseguraba ayer en su comercio un empresario de Belén, que cada día se levanta con la esperanza vana de ver entrar por la puerta de su tienda a un turista.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_