Los talibán piden negociar con Jesse Jackson en Pakistán
El Gobierno de EE UU lo rechaza porque las demandas 'no están abiertas al diálogo'
El Gobierno de EE UU no desea que Jesse Jackson, pastor religioso, líder cívico y aspirante a candidato demócrata a la presidencia en 1988, viaje a Pakistán para negociar con una delegación talibán. 'Nuestras demandas no están abiertas al diálogo', repitió ayer el subsecretario de Estado Richard Armitage. Jackson dice haber recibido una oferta para dialogar y aspira a lograr la liberación de ocho personas encarceladas por los talibán por predicar el cristianismo.
Jesse Jackson elogió la estrategia de George W. Bush. 'Fuerza, razonamiento, persistencia, paciencia, formación de una coalición: están haciendo lo correcto', dijo el pastor demócrata. Pero añadió que tal vez los talibán estuvieran buscando una salida que les permitiera entregar a Osama Bin Laden sin aparecer como vencidos ante la opinión pública musulmana, y que en ese caso su gestión podría ayudar a que el problema se resolviera sin necesidad de acciones bélicas.
No está claro de dónde salió la idea del viaje. Jackson asegura que la propuesta le llegó por una llamada telefónica de la Embajada de Afganistán en Pakistán, corroborada después por escrito.
Pero el embajador talibán en Pakistán, el mulá Abdul Salaam Zaeef, declaró que había sido el propio Jackson quien se había ofrecido en primer lugar.
Jesse Jackson fue enviado presidencial a África durante el mandato de Bill Clinton y ha obtenido varios éxitos como negociador internacional. En 1984 logró que el piloto militar Robert Goodman, cuyo avión había sido derribado sobre Líbano, fuera devuelto a Estados Unidos por las autoridades sirias; en 1990 sacó a un grupo de rehenes occidentales de Kuwait e Irak, y en 1999, el Gobierno serbio le entregó a tres soldados estadounidenses que habían sido hechos prisioneros.
El reverendo Jackson declaró no estar seguro de que fuera buena idea viajar y reunirse con los talibán, pero añadió que se lo habían rogado los padres de dos estadounidenses encarcelados en Afganistán, junto con otras seis personas -cuatro alemanes y dos australianos-, bajo la acusación de predicar el cristianismo en un país islámico.
Los ocho cooperantes occidentales pertenecen a la ONG alemana Shelter International y la acusación de proselitismo se sustenta, según las autoridades de Kabul, en que estaban en posesión de biblias traducidas, estampas, discos de ordenador, escapularios e imágenes cristianas, lo que les puede acarrear una condena a muerte.
Jackson añadió que, si finalmente se trasladara a Pakistán, lo haría 'en una misión exclusivamente humanitaria' y para lanzar 'un llamamiento moral esencialmente idéntico' a las posiciones expresadas por la Casa Blanca.
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