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Instituciones públicas y privadas pujan hoy por las galeradas de 'Cien años de soledad'

El original de Gabriel García Márquez tiene un precio de salida de 100 millones de pesetas

Las galeradas de Cien años de soledad, corregidas por su autor, esquivarán las trampas del olvido. Será esta tarde, en Barcelona, cuando la obra cumbre de Gabriel García Márquez sea subastada con un precio de salida de 500.000 dólares (100 millones de pesetas). Un hecho doblemente inédito por tratarse de un autor vivo y porque es la primera vez que en España se realiza una subasta de estas características. Subastas Velázquez será la encargada de entregar al mejor postor esta novela, en la que al menos están interesadas algunas universidades de Estados Unidos, una institución española semiprivada y coleccionistas de Francia. Colombia no participará y se espera que el Estado español ejerza su derecho de tanteo.

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No son los pergaminos indescifrables donde Melquiades escribió, con cien años de anticipación, el destino de Macondo y que Aureliano Babilonia, el último de los Buendía, descifraría a medida que vivía los hechos y el fin del destino irrepetible de una estirpe que no tendría una segunda oportunidad sobre la tierra. Pero se trata del adiós al destino solitario de un mamotreto de 180 páginas amarillentas corregidas por el puño y letra del Nobel colombiano y que estaban guardadas en un baúl. El del cineasta español exiliado en México Luis Alcoriza (1921-1992) y su esposa Janet Riesenfeld, a quienes García Márquez (Aracataca, 1927) regaló estas pruebas de imprenta después de enviar las correcciones a Sudamericana, de Buenos Aires, en 1966. Ahora, el heredero de Alcoriza, Héctor Delgado, dejará al mejor postor estas galeradas presididas con esta nota: 'Para Luis y Janet, una dedicatoria repetida, pero que es la única verdadera: 'Del amigo que más los quiere en este mundo', GABO. 1967'.

Para entonces, el Nobel colombiano ya había recibido 500 dólares como anticipo, enviados por Francisco Porrúa, el editor de Sudamericana. Hoy, el precio de aquellas galeradas se ha multiplicado por mil (500.000 dólares), lo que indica, 'sin duda, el valor como documento de estudio e investigación', afirma Mercedes Dexeus, directora del Departamento de Patrimonio Bibliográfico de la Biblioteca Nacional. Aunque esto no quiere decir que el Estado vaya a participar en la subasta y hacer valer su derecho preferente de adquisición, según lo establece la legislación, aclara Dexeus. 'Sería interesante que lo hiciera, pero no lo podemos revelar porque la ley lo prohíbe con el fin de no alterar su precio antes de tiempo'. Sobre todo, en una subasta donde el precio puede aumentar debido a que en procesos como éste intervienen muchos factores, como el interés de un fetichista o de un coleccionista privado. Ante esa posibilidad, Dexeus reconoce que 'sería mejor que se quedaran en una biblioteca pública por lo que significa esa obra y su autor'.

En caso de que el Estado español decida ejercer su derecho de tanteo, aplicable a cualquier bien de patrimonio que se subaste en España, la pieza queda en suspenso siete días hábiles; plazo que tiene para confirmar su adquisición, o de lo contrario irá al mejor ofertante.

Aunque Colombia no participará, por falta de presupuesto, espera que la pieza quede en manos públicas, según su ministra de Cultura, Araceli Morales López. 'Lo ideal es que la obra se quede en el ámbito de su lengua, como en España', afirma. Una opinión que comparte Manuel Ripoll, presidente de la Asociación Española de Libreros Anticuarios, por ser una de las obras maestras de la literatura del siglo XX.

Aunque la pieza que se subasta no es un manuscrito como tal -porque el 'original acribillado' de correcciones lo rompió el propio García Márquez para ocultar sus 'trucos de carpintería'-, son las últimas pruebas de imprenta que, corregidas por el propio autor y autografiadas dos veces ( en 1967 y 1985), son consideradas por la Unesco como originales. Páginas con 1.026 correcciones a bolígrafo y rotulador en las que Gabo descubre las diabluras de los duendes de imprenta que a punto estuvieron de cambiarle el nombre al patriarca, José Arcadio. Modifica más de 150 palabras. O reafirma conceptos como el de que las mariposas que envuelven a Mauricio Babilonia deben ser 'amarillas'; es decir, un resquicio para ser testigos de los últimos toques a un proceso de gestación de más de dieciocho meses (1965-1967). Pero cuya historia rondaba en la cabeza de su autor desde 1948, cuando se dio cuenta de que los relatos de guerras de su abuelo Nicolás Ricardo Márquez, y la voz de palo de su abuela Tranquilina Iguarán, con su procesión de difuntos, se podían unir para alumbrar un nuevo mundo: Macondo. Fue así como la primera edición de Cien años de soledad apareció en Buenos Aires el 30 de mayo de 1967.

Hoy, 34 años después, a las siete de la tarde, en la Casa Batlló (paseo de Gracia, 43, de Barcelona), se cerrará el penúltimo capítulo de la vida de esta obra, y un lote relacionado con García Márquez, como fotografías y algunas primeras ediciones de otras obras. Quien se adueñe del último 'quién da más', en medio de unas sesenta personas, entre las que estará Carmen Balcells, primera e indestronable editora de Gabo, se llevará muchos secretos de una historia en la que, como escribiera José Lezama Lima, 'la naturaleza termina engullendo al paisaje formado por Macondo y la casa; donde en algún momento se rompió el diálogo del hombre con la naturaleza, y la estirpe fue condenada a la soledad'. Y que ya han leído, en 46 idiomas, 30 millones de compradores, sin contar los que la han adquirido en ediciones piratas.

Gabriel García Márquez (con gafas, sentado) con Luis Alcoriza y Luis Buñuel (a su derecha) en Acapulco en 1965, en una de las fotos que se subastan hoy en Barcelona.
Portada de <b></b><i>Cien años de soledad</i> de Vicente Rojo.
Gabriel García Márquez (con gafas, sentado) con Luis Alcoriza y Luis Buñuel (a su derecha) en Acapulco en 1965, en una de las fotos que se subastan hoy en Barcelona. Portada de Cien años de soledad de Vicente Rojo.

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