La guerra sucia se recrudece en Macedonia en vísperas de la llegada de la OTAN
Un policía muere abatido mientras continúan las torturas y asesinatos en ambos bandos
Bajo la superficie de calma aparente, y en vísperas de la llegada a Skopje de una avanzadilla de la OTAN, continúa una lucha sorda entre las dos comunidades enfrentadas. Entre eslavos y albaneses se ha abierto una guerra sucia a base de palizas, crímenes, torturas y ejecuciones sumarias, que desencadena una espiral de odio y pone en entredicho la viabilidad de una Macedonia multiétnica.
El pasado lunes, al mismo tiempo que en la residencia del presidente de Macedonia, Boris Trajkovkski, se firmaba el acuerdo de paz, cuatro primos albaneses, con edades en torno a los 30 años, llegaron al hospital estatal de Skopje para recoger a un amigo que había recibido en la mañana un tratamiento de diálisis. No puede decirse que aquél fuese un lugar y un momento inadecuados, pero así resultó. A uno de ellos, Nazmi Aliu, de 29 años, padre de dos hijos y emigrante en Austria, que se hallaba de vacaciones en Macedonia, su presencia a la puerta del hospital y encontrarse con una patrulla de policía que los acusó de ser terroristas albaneses le costó la vida.
Según la versión de uno de los tres jóvenes, un policía tomó dos balas de su pistola y les acusó de llevarlas en el auto. Otros policías los sacaron del coche y comenzaron a darles una paliza que prosiguió detrás de unos locales comerciales cercanos. Afirma Nexhmedin Aliu que también les golpearon unos civiles propietarios de las tiendas vecinas. Cubiertos de sangre, la policía los condujo a una comisaría, donde continuaron las palizas. 'Nos rociaban de agua y nos pegaban como si fuésemos animales. Nunca creí que existiesen tales personas', dijo Nexhmedin. Los golpes duraron hasta las 3.30 de la madrugada, cuando la policía los dejó en libertad. Un tío y un abogado los llevaron al hospital de la ciudad de Skopje. Nazmi Aliu murió allí como consecuencia de las heridas.
El abogado contratado por las familias denuncia que el informe radiológico del hospital pone de manifiesto que uno de los jóvenes, Ziber Dauti, de 34 años, sufrió 'malos tratos, producidos por porras de goma, palos de madera y barras metálicas'. Un hermano del muerto, Alí Aliu, de 19 años, se encontraba en un cuartel de Skopje donde prestaba el servicio militar como recluta. Se sorprendió Alí de que lo llamasen y le diesen permiso para ir a su casa. Al llegar al pueblo donde reside la familia, Bukovic, a 10 kilómetros de Skopje, se encontró que velaban a su hermano muerto. Al recibir la noticia y conocer las circunstancias de la muerte, antes de desmayarse, exclamó: 'Yo sirvo a este Estado y así me lo paga'.
La brutalidad policial contra estos jóvenes albaneses, consecuencia del odio creciente entre las dos comunidades, se puede, sin duda, comparar con las torturas y violaciones a las que seis días antes unos elementos de la guerrilla albanesa sometieron a cinco trabajadores de la autopista entre Skopje y Tetovo, que se construye con fondos de la Unión Europea.
La policía había matado la víspera en una casa de un barrio albanés de Skopje a cinco combatienes del ELN. La versión policial sostiene que los terroristas cayeron como consecuencia de un tiroteo tras ser descubiertos. Todo parece indicar que las muertes se produjeron por disparos efectuados desde muy cerca. Los medios albaneses informaron de que los mataron mientras dormían. Un día después de estas cinco muertes, en la carretera a mitad de camino entre Skopje y Tetovo, la guerrilla albanesa del ELN secuestró a cinco trabajadores de la autopista en construcción. El dirigente político del ELN, Alí Ahmeti, niega que sus combatientes se encontrasen en ese lugar, aunque al día siguiente 10 soldados macedonios murieron casí allí mismo en una emboscada.
El testimonio de la organización humanitaria Human Rights Watch (HRW) resulta estremecedor en su relato sobre las torturas y violaciones sufridas por los cinco eslavos secuestrados. HRW acusa al ELN como autor del secuestro. Elizabeth Andersen, directora ejecutiva para Europa de la organización, denuncia: 'Los secuestros y detenciones ilegales por parte del ELN se incrementan. El ELN no ha dado cuenta de 14 macedonios secuestrados en Tetovo durante las luchas del pasado mes de julio'.
El informe sobre los cinco secuestrados de la semana pasada constata que todo empezó con una sesión de golpes. Después, con un cuchillo, les grabaron en la espalda la letra inicial de sus nombres. 'Uno de los rebeldes forzó a los hombres a realizar sexo oral entre ellos e intentó violar por el ano a uno de ellos con un bastón de madera. Después los golpearon más todavía y los condujeron a un pueblo vecino, donde los soltaron pasadas las siete de la tarde'.
A toda esta serie de atrocidades pueden sumarse los sangrientos sucesos del pasado domingo en Ljuboten, 10 kilómetros al norte de Skopje. El Ministerio del Interior de Macedonia acusa a la Organización para la Seguridad y Coperación en Europa (OSCE) de intentar crear 'un Racak macedonio'. La matanza de Racak, en Kosovo, a principios de 1999, denunciada por observadores de la OSCE, fue uno de los elementos que aceleraron la intervención armada de la OTAN contra Yugoslavia.
La misión de la OSCE en Maceonia calificó de 'absurdas' las acusaciones del Ministerio del Interior y asegura que se limitó a constatar que 'se habían encontrado un cierto número de cuerpos' en Ljuboten. La OSCE apela al periodismo macedonio e internacional a actuar de forma profesional y con pautas de comportamiento por encima de los prejuicios. El pueblo de Ljuboten cayó de lleno en la espiral de la acción-represión. Dos minas mataron el pasado viernes a ocho soldados que viajaban en un vehículo militar. El domingo, Ljuboten sufrió bombardeos y buena parte de sus habitantes intentaron huir.
El periódico alemán Die Welt informa en una detallada crónica de la muerte ese mismo día de un hombre de unos 25 años, Suleimán Bajrami, con seis disparos por la espalda. A unos 20 metros estaba el cadáver de su tío, de unos 50 años, Moharemi Ramadani, con heridas de bala también por detrás. Según el diario, murieron cuando las tropas macedonias los arrancaron del escondrijo que habían buscado en su granja. Un hermano de Suleimán, Xhelal, se había refugiado en el sótano de una casa vecina. Al advertir la llegada de las tropas macedonias Xhelal huyó, pero no llegó muy lejos y cayó también abatido por disparos en la espalda. La misma suerte corrieron otros dos vecinos, Kadri y Bajram Jashari. Informa la crónica de que los cinco muertos son sólo la mitad de las víctimas de ese domingo sangriento en Ljuboten.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.