Jornada de pánico en la Bolsa de Buenos Aires tras el nuevo plan de ajuste económico

El pánico fue total. La Bolsa de Buenos Aires se estrelló por tercera jornada consecutiva. El índice que mide el temor de los inversores a que el país suspenda los pagos de su deuda se disparó a un nivel récord. Los bancos informaron que desde el viernes pasado mucha gente ha estado retirando sus depósitos por temor a una devaluación. Las entidades también comunicaron que la demanda de dólares se había incrementado en las últimas jornadas. En el mercado negro el peso llegó a depreciarse ayer hasta un 50% frente al dólar. "No entiendo nada, no puedo explicar esto, es demasiado, no esperaba una contestación tan dura de los mercados", admitió Julio Macchi, ex presidente de la Bolsa de Buenos Aires. El mercado bonaerense ya ha perdido más de un tercio de su valor en el último mes y un 10,2% en los últimos tres días.

Como en la jornada anterior, la agudización de la crisis golpeó a la Bolsa de Madrid. No obstante, al contrario que el miércoles, se libró del desplome gracias al fuerte impulso que la Bolsa de Nueva York imprimió a los mercados europeosno cayeron todas. Los valores de las empresas con mayores inversiones en Argentina registraron resultados mixtos: Telefónica, el BBVA y el BSCH retrocedieron, pero Repsol YPF y Endesa capearon la sacudida con ligeros avances.

[QQ] Temor al derrumbe total

[QQ] La desesperación en Buenos Aires se propagó a medida que iban apareciendo datos que empujaban al país al abismo. El índice que mide el riesgo de que Argentina no pueda hacer frente a sus pagos de deuda llegó a alcanzar los 1.517 puntos. El miércoles había cerrado en 1.290 después de superar los 1.400. En este momento, sólo Nigeria tiene más riesgo de suspender los pagos de la deuda que Argentina. El país está casi al mismo nivel que Ecuador, una economía que ya suspendió pagos en 1999. Standard & Poors rebajó ayer mismo la calificación de la deuda argentina.

[QQ] El famoso índice de riesgo país, que los argentinos conocen a cada momento porque se informa en todas las cadenas de radio y televisión más o menos con la misma asiduidad que la hora o la temperatura, subió como la espuma, al mismo ritmo que el nerviosismo de los inversores extranjeros y de los propios argentinos, porque la mayoría carga con un crédito en dólares. Muchos habitantes pagan un préstamo en dólares porque los intereses y requisitos por obtener uno en pesos han sido siempre prohibitivos y ahora más que nunca. Ayer, el tipo de interés para préstamos en pesos trepó por encima de 200%, cuando hace dos semanas estaba por debajo del 10%.

A pesar de que el presidente argentino Fernando de la Rúa insistió ayer a sus ciudadanos que el peso seguirá uno a uno con el dólar y que no habrá devaluación, éstos no le creyeron. Los bancos informaron ayer que habían perdido más de 300.000 millones de pesetas en depósitos desde el pasado viernes, mientras que el dólar llegó a costar 1,5 pesos, a pesar de que oficialmente mantiene su tipo de cambio de uno a uno con el dólar.

Nada convencía a los inversores de que el Gobierno es lo suficientemente fuerte para aplicar el séptimo ajuste desde que inició su gestión hace 19 meses y reflotar una economía que lleva más de tres años en recesión.De la Rúa se reunió con un grupo de empresarios y les dijo que se había decidido un recorte sustancial del presupuesto público para evitar " la devaluación o la suspensión de pagos" y que confiaba en que "todos entendieran que no había otro camino".

El ex presidente del banco central argentino, Enrique Folcini, dijo ayer que está claro los inversores dudan sobre la aplicación de las medidas de ajuste fiscal. "Son muy elementales, haría falta que el Gobierno precisara más cómo piensa cumplir con sus objetivos", opinó Folcini. Claudio Loser, director del FMI para Occidente, dijo: "Yo creo en la capacidad del Gobierno, pero hay muchas dudas, por lo que espero más turbulencias en los próximos días". El FMI descartó una moratoria para Argentina.

Mientras el presidente intentaba convencer a los empresarios, un grupo de dirigentes de la Alianza gobernante se reunía para decidir qué hacer. Muchos de ellos se oponen abiertamente al plan de ajuste. Las luchas internas en el Gobierno resultaron evidentes el miércoles por la noche cuando sólo los partidarios de Cavallo asistieron al anuncio de las medidas. No obstante, a última hora, el sector del Gobierno contrario a Cavallo emitió un comunicado diciendo que "no habría una ruptura en la Alianza".